Como cada año el barrio de San Pedro se echó a la calle para dar aliento a Jesús del Perdón y a María Santísima de la Salud, de hecho resultó imposible encontrar un hueco en las calles Antonio Maura, Siete Revueltas y San Pedro.

La puerta del patio de la iglesia se abrió a las 19:30 y dejó ver a la Cruz de Guía. Tras los primeros nazarenos apareció la figura de Jesús del Perdón en sus Tres Caídas.

Los costaleros sacaron sin problemas el paso a la calle, mientras sonaba el himno de España y llovían pétalos de claveles rojos y de lirios morados. Entonces, la banda Padre Nuestro de Palencia tocó la adaptación para marcha del canto religioso Gloria a Cristo Jesús, con la que el paso de misterio avanzó por Siete Revueltas.

Después, le tocó el turno al bello palio de la Virgen de la Salud, sin duda uno de los más hermosos del municipio linense. El paso llevaba luto por dos hermanas que han fallecido en el último año.

Las mujeres que cargan el peso de la Salud sacaron a la Virgen a la calle entre los aplausos de los asistentes y pétalos de claveles blancos que lanzaban los devotos. Incluso antes de cruzar la puerta del patio, algunas de las costaleras y de los familiares no pudieron contener la emoción de ver a la Salud en procesión.

La levantá del palio antes de la salida fue dedicada al barrio de San Pedro que cada año es fiel a la salida de la hermandad.

Con la marcha Salud de La Línea, que tocó la banda filarmónica Ciudad de Conil, la Señora de San Pedro inició su estación de Penitencia.

El cortejo recorrió ayer con paso firme la estrecha calle de Siete Revueltas por donde comenzó su estación de Penitencia. La comitiva continuó luego por San Pedro, López de Ayala, Isabel la Católica, Cervantes, Sol, Clavel y Real, donde cruzó la carrera oficial. Después continuó su camino por la plaza de la Iglesia y emprendió el regreso por Padre Rodríguez Cantizano.