El misterio de la Sagrada Mortaja impone en el Viernes Santo algecireño

El misterio de la Sagrada Mortaja es uno de los pasos más imponentes de la Semana Santa de Algeciras. La escena en la que Jesús es descendido de la cruz para ser amortajado, obra del imaginero sevillano Miguel Ángel Valverde, es bella y plástica y a la vez sobrecoge. Así lo impregnó en el Viernes Santo algecireño.

Camino de las nueve de la noche asomó el misterio por el enorme pórtico de la capilla casa hermandad, en Teniente Miranda. La gente esperaba ordenada en las aceras y también en Blas Infante. Silencio solo ocasional y levemente adornado por el trío de capilla Sinfonía Campo de Gibraltar.

Solemnidad y sobriedad marcaron el desfile procesional, luto y dolor. Los penitentes de negro, como los que cargaban la cruz de promesa, alguno descalzo.

El tenor Arturo Artigas, desde un balcón interior de la casa hermandad, interpretó cantos litúrgicos en latín mientras salía a la calle la Sagrada Mortaja. Se escuchaba desde fuera y se produjo un momento especial, pues aún sin terminar éste se comenzó a cantar una saeta desde el balcón exterior de enfrente, mientras el gran misterio doblaba para enfilar los primeros metros de su trayecto.

Tras bajar por Blas Infante y avanzar por calle Sevilla, antes de las diez de la noche la Sagrada Mortaja descendía ya por San Antonio para buscar la carrera oficial, el primer paso que hiciera recorrido por ella en el Viernes Santo algecireño.

Todo alrededor del desfile fue un silencio y un sobrecogimiento tan imponente, el traslado de una atmósfera tal a medida que se iba cubriendo el recorrido.

Tras el paso por carrera oficial la Sagrada Mortaja dejó algunas de las estampas más marcadas que protagoniza, como en la calle Montereros o el tránsito por el barrio de San Isidro.