Nazareno

Madrugá de encuentro entre Dios y su Madre

  • Cristo y Virgen recorren juntos la adoquinada alfombra de la Calzada

El Jueves Santo, es desde tiempos que se pierden en la memoria, el día grande de la Semana de Pasión. En esta noche procesiona la propia esencia semanasantera pues la Real y Venerable Archicofradía de Penitencia de Nuestro Padre Jesús Nazareno y María Santísima de la Paz, es la que por historia ha sido cofradía matriz sobre la que han girado la mayoría del resto de hermandades tarifeñas.

Así, la procesión del Nazareno y de La Paz, es de igual modo, comunión entre parroquias. La de San Francisco, desde donde la Virgen en su precioso Palio de Gloria, rojo, jugando al contrasentido del propio Jueves Santo salió a las nueves de la noche y, la parroquia mayor de San Mateo, de donde sale el imponente Nazareno dos horas más tarde para llevar a cabo el tradicional Encuentro.

Según la información manejada por el Consejo Local de Hermandades y Cofradías, hasta hacía poco, los datos más antiguos sobre la existencia en Tarifa de la Cofradía de Jesús Nazareno provenían de uno de los asientos en los libros de defunciones que todavía se conservan en el Archivo Parroquial de San Mateo. En particular el correspondiente al acta del finado Fernando Lobatón y Morales, fechada el 16 de Septiembre de 1687 y en la que consta que el difunto dejo dispuesto en su testamento que también diesen cincuenta realeza la Cofradía "de Jesús Nazareno".

En virtud de dicho apunte a la actual Cofradía del Nazareno se le había supuesto siempre una antigüedad inmemorial, sin precisar cual, pues nunca nadie logró aportar nuevos datos más allá de la referida cita. Así, no era extraño encontrar, frente a los que dudaban sobre si aquella antigua cofradía realmente existió, a quienes pensaban que sí, pero que sería tan antigua que, incluso, la actual imagen del Nazareno habría sustituido a otra, una supuesta talla del titular. Nada más lejos de la realidad.

El actual Cronista Oficial, Juan Antonio Patrón Sandoval, en el curso de sus investigaciones pudo localizar en el Archivo Parroquial los documentos por los cuales es posible constatar el año en que se trajo la actual imagen de nuestro Padre Jesús Nazareno a Tarifa, el de la solicitud para fundar seguidamente su Cofradía y el de la concesión por el Obispo de la Diócesis de la licencia para salir en procesión en la madrugada del Viernes Santo. Todo ello en 1643.

La Virgen inicia en solitario su procesionar acompañado por los enlutados capirotes de sus penitentes que sienten una emoción contenida cuando a las once de la noche las puertas del templo de San Mateo se abren para revelar la majestuosa imagen del paso de Misterio de Nuestro Padre Jesús Nazareno que avanza lentamente en su desfile para acercarse, encontrarse con su Madre en mitad de la Calzada hecha silencio. Y los dos pasos se juntan en un beso prolongado por la fe de los miles de tarifeños devotos de esta hermandad y los capataces, Juan Carlos Castro Gómez y Luis Santos Hoyos, se esfuerzan en el ejercicio para no chocar a los pasos en una maniobra que es aplaudida por el fervor popular.

Ya juntos, ambos pasos, -este año el del Nazareno restaurado en parte- brillan con sus exornos florales de claveles rojos sangre para el Cristo y claveles blancos para María Inmaculada, adentrándose en un suave deslizamiento costalero que se prolonga por la alfombra adoquinada de la interminable calle Guzmán el Bueno que muere a los pies del torreón del castillo -sin iluminar durante todos los desfiles-, antes de que el Nazareno despida a su Madre en su templo de San Francisco y recorra, solo, maltrecho, malherido el angustioso Calvario que irremediablemente le lleva a la muerte.

Es el Nazareno, figura majestuosa de la Semana de Pasión y el marinero en tierra que pone el punto y final a la Pasión de Cristo, del Dios hecho hombre que ya cadáver procesionará en solemne silencio, mañana Viernes Santo. Viernes de luto y procesión Magna.

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