El Sepulcro

Luto y sobriedad en la noche del Viernes Santo tarifeño

  • La falta de costaleros impide sacar al Resucitado en paso, pero aporta sobriedad

El luto y la sobriedad vistieron las calles de Tarifa durante toda la jornada del Viernes Santo. Desde el solemne Vía Crucis de la mañana de las Siete Palabras que tuvo a la preciosa talla del Cristo de La Salud llevada a hombros por las calles, hasta la procesión de la Cofradía de Penitencia del Santo Sepulcro, Nuestra Señora de las Angustias y el Santísimo Cristo de la Caridad ya por la noche.

Fue sobre la una del mediodía cuando del templo mayor de San Mateo la talla del Cristo clavado en la cruz, procesionaba a hombros de una multitud que le acompañó durante todo el Via Crucis que durante una hora recorrió las calles y de diferentes balcones, el párroco local, Agustín Borrell fue pronunciando su reflexión sobre las últimas palabras pronunciada por Jesucristo antes de morir.

Ya de noche, había mucha expectación por ver procesionar al Cristo yacente en una parihuela en lugar del tradicional paso. Y es que la falta de costaleros ha impedido sacar a la imagen en su tradicional paso. De hecho mucho se había especulado el por qué de tan poco "éxito" entre los costaleros para sacar a la calle a esta imagen. Sea como fuere, y por la razón que fuese, lo que había sido un problema, favoreció la sobriedad y solemnidad de la procesión del Viernes Santo y la imagen del Cristo, a hombros de quienes lo portaron se multiplicó y contribuyó en gran medida a realzar a la procesión a la que este año sí acudieron los representantes políticos, tras la polémica surgida el pasado año cuando decidieron no acudir a la procesión Magna.

Precedía a las imágenes del Cristo Yacente y las Angustias una representación de cada una de las cofradías de la localidad que portaron sus estandartes e insignias, así como los Hermanos Mayores de las mismas y un grupo de mujeres de mantilla de negro riguroso en señal de respeto por la muerte de Cristo. Justo detrás, el cortejo de Duelo Oficial formado por el Arcipreste de la ciudad, Agustín Borrell, el Presidente del Consejo de Hermandades y Cofradías, José Pérez López y la Hermana Mayor de la Junta de Gobierno de la Cofradía del Santo Sepulcro, Carmen Gómez Mora. Tras ellos, las distintas Autoridades Civiles y Militares, así como la Corporación Municipal bajo mazas.

Sobre un fondo de claveles rojos, el paso de Misterio de Nuestra Señora de las Angustias y el Santísimo Cristo de la Caridad comenzaba su Estación de Penitencia sobre los pies de las 25 costaleras que conforman esta cuadrilla desde el pasado año, el primero en procesionar esta nueva Piedad, realizada por el escultor sevillano Jaime Babío. La nueva imagen no está esculpida en un solo bloque como la anterior, que se encuentra actualmente en el cementerio local, sino que cada una de las imágenes tiene independencia, siendo la talla de la Virgen de las que en el mundo cofrade denomina "de vestir".

Cuatro dalmáticas de damasco y terciopelo negro con galón dorado realizadas por el taller de costura de la propia cofradía han sido los nuevos estrenos de la hermandad este año. Aunque, la novedad por excelencia este año ha sido la salida de la imagen del Santo Sepulcro en parihuela por falta de costaleros que porten el paso. Una imagen impactante pero que le dio un toque de sobriedad y humildad propio de un Santo Entierro. La actual talla del Cristo Yacente, adquirido en los talleres de Olot, vino a sustituir una talla de principios del siglo XVII.

Tras recorrer las calles del casco antiguo, quince minutos antes de que el reloj marcara la medianoche, el capataz del paso de Misterio, Antonio Sánchez Gallardo, y los contraguías Mariano Castro y Álvaro Vaca, daban las últimas indicaciones a la cuadrilla de costaleras. A las 12 en punto de la noche, la imagen del Cristo Yacente entraba en su sede canónica, la iglesia de San Mateo, en este Viernes Santo, uno de los días más importantes de la liturgia cristiana.

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