Caso en Orense

Los 17 narcos de San Roque fueron detenidos disfrazados de guardias civiles

  • La Fiscalía pide al juez de Ourense que envíe la causa al juzgado sanroqueño

Uno de los detenidos en San Roque es conducido, entre fuertes medidas de seguridad, hacia el interior de los juzgados de Orense.

Uno de los detenidos en San Roque es conducido, entre fuertes medidas de seguridad, hacia el interior de los juzgados de Orense. / Efe (Orense)

El fiscal antidroga de Ourense registrará esta semana en el juzgado de Instrucción Número 2 de la ciudad un informe en el que solicita que la causa contra los 17 supuestos narcotraficantes detenidos en la barriada sanroqueña de Albarracín, que están encarcelados desde el viernes en la prisión provincial se remita en inhibición a San Roque, para que las pesquisas prosigan allí respetando la competencia territorial.

Según publica el Faro de Vigo, la investigación que encontró conexiones de varios casos practicados en Ourense con los narcos del campo de Gibraltar arrancó en febrero. La Guardia Civil y Vigilancia Aduanera trabajaron de la mano, bajo secreto de actuaciones. Los investigadores hicieron miles de kilómetros durante meses para mantener informados al fiscal y el magistrado de Ourense sobre el avance de las pesquisas. Había ya una cuestión de competencia en Algeciras pendiente de resolver, pero la causa tuvo que acelerarse con las detenciones en San Roque, la madrugada del lunes 12 al martes 13, después de que las escuchas descubrieran que los traficantes pretendían robar droga a una banda rival, un "vuelco" según el argot. No consiguieron alijo alguno y, además, se ven entre rejas por presuntos delitos de pertenencia a organización criminal, tráfico de drogas, robo, usurpación de funciones, tenencia ilícita de armas y atentado.

Los delincuentes vestían como guardias civiles y su despliegue fue muy similar. Llegaron en un convoy a la casa del clan rival, como si fueran agentes que acuden a una redada. Portaban armas largas y utilizaron un ariete para tumbar la puerta al grito de "guardia civil". El grado de semejanza en la usurpación de funciones era tal, con el propósito de engañar a los otros narcos, que los investigados portaban chalecos rotulados con el acrónimo del Equipo de Delincuencia Organizada y Antidrogas (EDOA). Otros agentes de élite, pero estos de verdad, los esperaban para apresarlos. Se produjo un tiroteo pero nadie resultó herido.

Mientras tanto la prisión de Orense, que no es de máxima seguridad y está menos adaptada que otras instalaciones penitenciarias de construcción más reciente, ha solicitado a la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias que el grupo investigado por introducir droga desde Marruecos en España se reparta entre varios penales para evitar riesgos por la convivencia de todos en una misma instalación carcelaria. En Galicia hay cinco prisiones. Los 17 detenidos en San Roque están repartidos en tres módulos. 

La medida de reclusión, que las defensas recurrirán ante la Audiencia, descartó fianza y permite la comunicación, de modo que los traficantes que coinciden en el mismo módulo pueden relacionarse entre sí.

 Pese a la huelga, el personal del centro penitenciario se ha esforzado para que la presencia de estos internos no altere el funcionamiento normal, siendo entrevistados y clasificados a la mayor brevedad. Alguno de los supuestos narcos manifestó su intención de quedarse en Ourense, aun encontrándose a un millar de kilómetros de casa y sin que se haya resuelto si es competente el juzgado de As Burgas o el de San Roque.

Pese a la peligrosidad de esta organización, que exigió un despliegue de más de 70 agentes de la Guardia Civil y la Policía durante su traslado en un convoy por carretera desde San Roque a Ourense, y en la puesta a disposición judicial, desde su ingreso el viernes en la cárcel su comportamiento no tuvo tacha. Dado el carácter "altamente peligroso" que se atribuye a la banda y a que algunos de los detenidos podrían haber participado en el asalto a un hospital de La Línea en febrero para liberar a uno de los integrantes, la Guardia Civil ha reforzado las medidas de seguridad en el perímetro. Compete al instituto armado vigilar el espacio entre el primer muro y el exterior del centro penitenciario.

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