Feria Real de San Roque 2023

San Roque vibra en una tarde grande con once orejas, un rabo y un toro indultado

La terna sale a hombros de la Plaza de Toros de San Roque, este jueves.

La terna sale a hombros de la Plaza de Toros de San Roque, este jueves. / Jorge del Águila

San Roque y su añeja plaza de 1854 con tanto sabor a toreo disfrutaron este jueves de otra jornada inolvidable, que acabó con los tres anunciados en el cartel abandonando el recinto a hombros. La corrida mixta de la Feria Real se saldó con un éxito casi sin prcedentes. El balance lo dice todo: once orejas, un rabo y un toro indultado. El momento culmen se produjo cuando salió al ruedo el segundo astado, al que Manuel Escribano indultó. Se llama Damasco, el número 107 de la ganadería de Fuente Ymbro.

La corrida tuvo un comienzo muy emotivo, ya que los asistentes guardaron un emocionado minuto de silencio en memoria del empresario local Antonio Barberán Cárdenas, fallecido durante la madrugada precedente. Poco después el alcalde, Juan Carlos Ruiz Boix, y la concejal de Cultura, Ana Ruiz, saludaron a los alrededor de 400 mayores a los que el Ayuntamiento había facilitado su acceso al festejo con una subvención del 75% del precio de las entradas.

Abrió plaza la rejoneadora francesa Lea Vicens, que se metió al público en el bolsillo. A su primer enemigo le cortó un apéndice. Al segundo, con el respetable volcado, dos.

La rejoneadora Lea Vicens. La rejoneadora Lea Vicens.

La rejoneadora Lea Vicens. / Jorge del Águila

En ambos, con unos corceles perfectamente adiestrados, dio un magnífico espectáculo de rejoneo, pero los astados no acompañaron a un mayor lucimiento.

Después llegó el momento grande. El primero de los toreros de a pie, Manuel Escribano se encontró con un astado de gran clase y enorme fondo de bravura. Escribano, que puso banderillas, lo cuajó y lo toreó por abajo, con sometimiento y mucho empaque, lo que le valió los simbólicos dos orejas y el rabo.

En el segundo de su lote, con un toro con fijeza en el capote que no fue mal al caballo, Escribano puso tres espectaculares pares de banderillas, brindó el toro a Ruiz Miguel y cuajó una buena faena de muleta, hasta que el toro quiso o pudo, con la que logró dos orejas.

Manuel Escribano muestra uno de los trofeos. Manuel Escribano muestra uno de los trofeos.

Manuel Escribano muestra uno de los trofeos. / Jorge del Águila

Escribano es vecino habitual de Tarifa y estaba respaldado en el coso por el alcalde de la ciudadJosé Antonio Santos.

Tras el indulto del segundo de la tarde, salió a la arena otro diestro afincado en el Campo de Gibraltar, David Galván, al que el enemigo, de los Hermanos Carbonell, no se lo puso fácil. Su brillante faena con el capote y el apoyo de un público entregado le permitieron pasear dos apéndices.

David Galván, durante la faena. David Galván, durante la faena.

David Galván, durante la faena. / Jorge del Águila

En el que cerraba plaza, que estuvo a punto de derribar al picador, Galván cuajó una muy seria tanda de pases con el capote, con un repertorio de menos a más, arrancando los sinceros aplausos del los presentes. Pidió el diestro torear sin música la última parte de la faena, arrancando los olés del respetable hasta la estocada final. Dos nuevas orejas premiaron su tesón y la terna completó un éxito del que participó la afición sanroqueña.

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