Alto y claro
José Antonio Carrizosa
Vox, un estado de ánimo
Pues como estoy en fase reflexivo-introspectiva, me ha dado por pensar en qué soy, si puedo clasificarme de alguna forma en eso que ahora suena tan denostado como es la ideología. Porque ahora si quieren descalificar algo se dice que es ideológico. Imagino que quienes lo hacen son el culmen de la independencia ideológica en todos los sentidos. O que no tienen ideas, que lo mismo es la opción más plausible.
El tema es que lo que soy se define por lo que pienso y pienso en tantas cosas...pero como es relativamente fácil, lo pongo aquí por si a alguien se le ocurre un nombre para esa categorización que pretendo a partir de mis ideas.
A saber, creo firmemente en que lo público debe gestionarse desde lo público, y que cualquier privatización (salvo a las que se está obligado por ley) es un fracaso del político que lo fomente. Si se les elige para gestionar lo público y lo que hacen es hundirlo para luego alegar lo mal que funciona... pues como se diría en francés, cherchez l’argent.
La Sanidad debe incentivarse, la Educación tiene que ser pública y que todo capricho que se salga de ahí que cada uno se lo pague con su dinero. Los servicios sociales deben ser eficientes, y cualquier dilación en este terreno debiera ser un mal a extirpar...
Asumo que el acceso a la vivienda debe garantizarse, y que simplemente atendiendo a lo que dice nuestra Constitución, muchos de los males en este campo se diluirían.
Anhelo un salario mínimo digno y unas condiciones de trabajo alejadas de la esclavitud y el fraude.
Abomino de la homofobia, la xenofobia y cualquier aberración de este tipo y entiendo que si algún servidor de lo público lo defiende, todo el peso de la ley debiera caer sobre él.
Para todo esto, creo en los impuestos, defiendo su aplicación eficiente y entiendo que quien más tiene, más debe aportar, sin excepciones.
Y no, la jubilación no es una estafa piramidal.
Creo, iluso de mí, en los derechos humanos.
Y lo que me hace dudar de mi salud mental, es que pretendo que en España la Justicia sea comprensible y alejada de cualquier partidismo. Me gusta la quimera de la independencia, pero también de la responsabilidad y la equidad. Y que quien la hace, la pague, sin excepciones, pero sin mentiras. Me dicen que soy un rojo extremista.
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