Lotta Continua
Francisco Silvera
Una modesta proposición
Nada más descender del tren en Nueva Orleáns, Blanche Dubois subió a un tranvía. Así comienza una de las obras maestras de la literatura contemporánea. Su autor, Tennessee Williams, vivió en un apartamento de la calle Toulouse, en pleno Barrio Francés de la urbe sureña. Hasta allí llegaban los acordes metálicos de una antigua línea tranviaria conocida como del Deseo, que recorría el centro histórico neorleanés desde Canal Street hasta Royal Street. Esta ruta cerró en 1948, meses después de que fuera estrenada en Broadway su obra de teatro Un tranvía llamado Deseo. Su aceptación fue tal que tres años más tarde, Elia Kazan estrenó una película homónima que forma parte de numerosos conscientes personales. Recuerdo a Vivian Leigh interpretando a Blanche Dubois, entre volantes de gasas y bebidas alcohólicas, hasta pergeñar un personaje luminoso y frágil, que convivía bajo un agobiante techo con su cuñado Stanley, un soberbio Marlon Brando de violento atractivo. La mujer compartía claustrofobias con dos caracteres masculinos: el bondadoso Mitch y el vehemente Stanley, que descubre sus más taimadas contradicciones. Al final de la cinta es recogida por unos desconocidos para conducirla a una institución psiquiátrica. Entonces Vivien Leigh pronuncia la frase con la que se cierra la película: “Siempre he dependido de la amabilidad de los extraños”.
Lejos de Nueva Orleáns se ha hablado estos días de un tranvía mucho menos literario: el que la Fundación Movilidad Sostenible y Segura propone para unir las poblaciones que conforman el arco de nuestra Bahía. La entidad catalana ha publicado una Base de datos de los tranvías en España, donde se aboga por la ejecución de 22 nuevas infraestructuras tranviarias. Entre ellas destaca la que discurriría desde San García hasta la frontera con Gibraltar. Con un total de 29,2 kilómetros y a lo largo de 30 paradas daría servicio regular y rápido a unos 280.000 habitantes de Algeciras, Los Barrios, San Roque, La Línea y la vecina colonia. Se trata de un proyecto de lo más defendible, ya que permitiría la fácil comunicación entre todos los núcleos próximos a la costa, lo que contribuiría a la descongestión del masificado transporte por carretera, configurando una alternativa más limpia, económica y segura. Esta interconexión reduciría distancias, mejoraría las relaciones y favorecería un cambio de hábitos, reduciéndose el uso de los automóviles en favor de un transporte colectivo. Sin embargo, mucho me temo que sea otro tranvía llamado Deseo, ya que, como suele suceder por estos pagos, seguimos dependiendo de la amabilidad de los extraños.
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