Mi opinión

Hermenegildo González

El síndrome del combatiente

19 de mayo 2008 - 01:00

EL Boletín Oficial del Estado del pasado miércoles 14 recoge una resolución ministerial por la que pasa a retiro un sargento del Ejército de 35 años que estuvo seis meses en el 2003 con las tropas españolas en Irak. Con ello, Defensa reconoce por primera vez el "Síndrome del Excombatiente", aceptando que haya relación causa-efecto entre la enfermedad que presenta y el trabajo que realizó, causado por el estrés postraumático de haber estado buscando armas de destrucción masiva (nucleares, biológicas y químicas) que como todos sabemos no llegaron a existir.

Paralelamente, y basándose en el mismo Real Decreto, o sea el 1186/2001, el mismo ministerio deniega a un soldado del ejército el derecho a tener una pensión como consecuencia de que su patología, un cáncer en tejidos blandos en uno de sus brazos, no tiene relación con su profesión y además lo tendría antes de entrar en el ejército, pese a los reconocimientos de normalidad que le harían para su ingreso en el ejército. Y puede ser que sean ciertos estos criterios políticos recogidos en el Decreto. Pero la realidad actual es la evidente enfermedad y el grado invalidante que determina.

Mucho me temo, en mi opinión, que estos dos casos casi paralelos estén dejando al descubierto que a veces se imponen los criterios políticos sobre los técnicos, y esto en materia de salud y bienestar social es enormemente peligroso. Queda triturado el Estado del Bienestar Social y realzado el demagógico-político.

Enfermedades psicológicas, con repercusiones somáticas como consecuencia del estrés profesional, las estamos viendo en todo tipo de actividades, entre ellas las de los Cuerpos de Seguridad del Estado y fundamentalmente por haber estado ejerciendo en el País Vasco, que terminan en situaciones de incapacidades. Y es justo y es legal. Pero lo que es increíble es la difusión que en algunos medios, claro está, se le está dando al reconocimiento que por primera vez el Estado ha dado a esta enfermedad y sobre todo porque se ha engendrado en la guerra de Irak. Sin embargo, el otro caso, con patología evidente e invalidante y con proceso desde el 2001, casi silencio absoluto.

Son muchas las profesiones que están sujetas a situaciones de estrés. Si no pregúntesele a los bomberos, intensivistas y un largo etc. Y entre ellas, por supuesto, el ejército. El que es militar sabe a lo que se expone. Y cuando llegan situaciones patológicas excepcionales, el Estado tiene que actuar. Pero para todos por igual, dejando en las sedes de los partidos los criterios políticos que puedan distorsionar, como son en estos casos situaciones de salud y prestaciones sociales, por querer mantener a toda costa posicionamientos programáticos.

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