Vía Augusta
Alberto Grimaldi
La conversión de Pedro
Son tantas las noticias que llegan diariamente que muchas son oídas, pero no escuchadas. Pilar Alegría, portavoz del Gobierno y ministra de Educación, nos informa de que el Consejo de Ministros ha abordado el anteproyecto de ley por el que se reduce el número “máximo” de alumnos por aula. Sus palabras fueron: “Estamos abordando reducir la carga docente… y con ello abordar la atención educativa de nuestro alumnado”. Plantea una reducción a 22 alumnos por aula en Primaria, frente a los 25 actuales, y de 25 en ESO, frente a los 30 actuales.
La educación es un pilar fundamental de la estructura del Estado, tan importante como la salud, la economía y la seguridad. Para mí es el pilar más importante. Sin educación no podremos tener personal sanitario, ni se estimulará la investigación; sin educación no obtendremos buenos economistas que asesoren y dirijan a gobiernos, empresas e instituciones con deseo de aumentar el bienestar de nuestra sociedad; y sin educación tampoco lograremos aumentar nuestra seguridad desde la personal a la estatal, y por seguridad englobo Justicia, Interior y Defensa.
Nuestra Constitución en su artículo 27 nos recuerda que todos tienen derecho a la educación. Aunque no indica la palabra menores, debemos entender que son todos los comprendidos entre los 6 y los 16 años, que es el tramo de obligatoriedad. Es decir, que da igual quiénes sean, sin tener en cuenta su procedencia ni su capacidad, incluidos los migrantes. Nuestra educación debe ser inclusiva y equitativa, con el objetivo claro de desarrollar plenamente a todo el alumnado.
¿Todos son iguales? Esto es una entelequia. En realidad, todos son distintos. Cada educado tiene unas necesidades específicas y la actual ratio no ayuda a una educación personalizada.
No podemos negar que la educación ha evolucionado positivamente, aunque deseamos que siga avanzando. Cada día tenemos más alumnado con necesidades específicas, con TDAH; menores con estrés, ansiedad e incluso depresión; los problemas económicos de la familia también influyen en ellos; con falta de organización y sin metas claras.
La reducción de la ratio debe ser una realidad para avanzar en la inclusión del alumnado con problemas afectivos-emocionales, sociofamiliares, incluso los disruptivos.
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