La ciudad y los días
Carlos Colón
Yo vi nacer a B. B.
El pueblo ha hablado. Otra cosa es el uso que hacen los políticos del mandato popular que reciben. Porque ha sido la opción del cambio la que ha vencido en casi toda España con un PP ganador de las elecciones, pero ello parece que no va a valer para que se produzca el mismo. Se impondrá en cambio la voluntad de catalanes, gallegos y vascos, y la connivencia del PSOE con sus espurias e interesadas imposiciones con el voto doliente de tantos diputados andaluces. Y hay que respetar las reglas democráticas que nos hemos dado. Es así.
Hasta el día de ayer, la sensación generalizada sobre el panorama político nacional era de hastío, de cansancio de la situación, de sorpresa resignada diaria, de desconfianza en el poder de nuestro máximo rector a la hora de la toma de decisiones. Las elecciones locales fueron un ejemplo.
La influencia de separatistas y voceros de terroristas y de algún ferviente seguidor del Ché en las decisiones del Presidente las veían hasta los parvulitos. Los bandazos y los cambios de opinión (antes también se les llamaban embustes) y las ocurrencias han sido las noticias de cabecera de los telediarios. El libro rojo de destrucción del sistema democrático español, e incluso de la soberanía de nuestro país, es lo que se había ido escribiendo en la anterior legislatura.
En los dos últimos años nos ha avisado Europa de nuestra deriva económica y del uso no fiscalizado del maná de los fondos. Nos ha recordado el amigo trasatlántico de que ya no somos un aliado de confianza y nos ha hecho ver el hermano alauita– tras escuchar atentamente nuestras conversaciones telefónicas– que somos débiles en el flanco sur. Hasta el gobierno llanito lleva jugando con España con las cartas marcadas desde hace años.
El pueblo ha decidido que ya está bien y ha dado una mayoría simple a la derecha que no va a servir absolutamente para nada.
Los Jordi y los Andoni, de derechas o de izquierdas, da igual pero antiespañoles, van a seguir forzando a este presidente con taza y media de separatismo, mucho más aún de la que ha tenido que tragar estos años (ellos mismos lo han dicho); y se seguirá con las políticas que en interés de unos pocos, nos destruya como país, sabiendo que ese es precisamente su objetivo.
El pueblo es sabio. En algunos territorios quizá más que en otros.
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