Políticos universitarios

05 de agosto 2025 - 03:06

Este último mes hemos visto como Noelia Núñez (PP) dimitía por haber falseado su CV. De tener tres supuestos grados universitarios, se confirmó que estaba matriculada de dichos grados, sin terminar ninguno de ellos. Algo similar le ha pasado al Alto Comisionado del Gobierno para la recuperación de la dana de Valencia. José María Ángel ha dimitido por haber falseado un título de diplomado para acceder a un puesto público. Políticos de un bando y otro llevan semanas analizando los CV de sus rivales para ver quién ha mentido y quién no, lo cuál nos muestra que no se les había ocurrido (o no habían querido analizarlo) antes y que parece que los títulos académicos están inflados en los CV de nuestra clase política.

Podríamos entrar a valorar el hecho de que haya gente con estudios universitarios de grado, máster o incluso de doctorado que tiene que marcharse al extranjero para ganar un sueldo decente o que un doctorado en España que inicia su carrera de profesor en la Universidad Pública gane 34.000€ cuando Noelia Núñez o Beatriz Fanjul ganan casi 100.000€ sin ningún título o experiencia. Sin embargo, considero que dicho debate es ventajista. Un político debe ganar el suficiente dinero para ser objeto de escarnio público, tanto el o ella como su familia, y que le merezca la pena dedicar su vida al servicio público. Incluso si dicho sueldo es superior a los 100.000€. Pero claro, hablaríamos de un político que entiende la política como servicio público, que deja su puesto de trabajo o su empresa para servir a la sociedad. Los casos de Noelia, Beatriz, Pedro, Santiago, Patxi, Alberto y gran parte de nuestros políticos son diferentes, son casos en los que la política no se entiende como servicio público, sino como trabajo. Es decir, la política como profesión.

Hace algunos meses publicaba aquí una tribuna titulada “Normalizando la mediocridad” y quiero volver sobre la idea final que planteaba sobre la mediocridad. ¿Necesita una persona un título universitario para ser un buen político? No, en absoluto. Entonces, ¿por qué alegar tener títulos universitarios que no se tienen? Porque la experiencia de estas personas fuera de la política es nula, y pedir esfuerzo y trabajo cuando uno mismo no ha ni estudiado y está dónde está por ser del partido A o B es hipócrita y podría acabar con el chiringuito de crispación que se han creado.

No es cuestión de que José María o Noelia hayan mentido, es cuestión de que nuestra clase política llevan años encrespando a la sociedad para ocultar que carecen de las capacidades (académicas y profesionales) necesarias para dirigir nuestro país.

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