Petaqueros perreando

18 de enero 2025 - 03:07

En ese mar, que es el mar de Ulises y de la patera del pobre negro, de la gesta épica y del naufragio, de la esperanza y del cadáver flotando; en ese punto en el que Hércules quebró la tierra para que mar y océano bebiesen uno de otro; en ese mar, en ese punto, digo, hay dos petaqueros perreando encima de 100 bidones de gasolina y a bordo de una narcolancha. Apenas sopla el levante, las aguas están de balneario y el sol luce como Dua Lipa en los Grammy. Y toma culito, y toma caderazo, y toma empotramiento y manita en la cabeza.

Los narcos se nos van por las ramas del twerking y ya han dejado de mover la pilila en la fiesta que celebra el desembarco de hachís exitoso para menearnos el trasero en la cara. Puede parecer un perreito inane, payasote, pero es, en realidad, perreo de quien se siente impune, de ese que se restriega la entrepierna con la multita y le dice al Kevin, orgulloso, que el trullo es ambulatorio, unos mezezito y de vuelta con la parienta, hermano, y más Gucci, más Balenciaga y más BMW. Graba, graba, primo, que si viene la Guardia Civil con el hidropedal que le traen de Madrid va a tragar agua jugando al pillapilla.

Ahí están los dos petaqueros, moviéndose al ritmo de canción de cachimba en reservado, mientras asoma el 9 de febrero y los cuerpos de Miguel Ángel González y David Pérez se descomponen en los féretros que lloraron gaditanos y navarros. Durante un mes, Barbate, Cádiz, Andalucía, España gritaron al unísono “viva honrada la Guardia Civil”. Pero qué gracia hace hoy este perreito, qué putos amos los petaqueros, cómo lo petan en TikTok.

La libertad. Inventarse que España lleva 50 años en libertad es más importante. Franco rima con narco, y ay, si tan solo un día el presi se liase con las consonantes y le diese por hablar de gomas, fardos y polen… Begoña. Mentar a Begoña es más importante, y así Feijóo se enreda con ella y con fiscales generales y Koldos en el Congreso. Él no menciona a Franco, pero la palabra narco no rima mucho con sus aspiraciones por ese enigmático pasado iluminado por un sol dorado. Uno trata de reescribir la historia en su propio beneficio; otro, desnortado, habla y denuncia mucho para decir y conseguir muy poco. Mientras, el petaquero se menea, le echa gasolina al compadre y se va a su casa dándole las gracias a Franco por morirse y a Begoña por existir. Y toma culito, toma caderazo, toma perreo, pelmazos.

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