Crónica Personal

El penúltimo cambio de Díaz

La vicepresidenta es difícil de predecir porque ha demostrado sobradamente que sólo es leal a sí misma

Lo ha vuelto a hacer. Yolanda Díaz se acomoda nuevamente allí donde cree que tiene más posibilidades, y visto que el jefe y las jefas de Podemos no acaban de confiar en ella y la miran con malos ojos, se ha refugiado en los brazos de Pedro Sánchez. Es difícil predecir qué va a hacer la vicepresidenta, porque ha demostrado sobradamente que sólo es leal a sí misma, por tanto no se puede dar por hecho que su alejamiento actual de Iglesias, Montero y Belarra sea definitivo, ni tampoco definitivo su acercamiento a Sánchez.

En función de cómo queden PSOE y Podemos en las autonómicas y municipales, verá si a las generales va de la mano de Podemos, de la mano del PSOE, o en solitario. Esto último es lo más complicado, Sumar no tiene la infraestructura necesaria. Los resultados del 28-M le marcarán el camino, una vez que sepa con cuál de los dos partidos tiene más posibilidades de llegar más alto.

En este último cuarto de hora se ha inclinado por Pedro Sánchez, hasta el punto de que desde el entorno del presidente le sugirieron párrafos de su discurso en el que tenía que defender al gobierno frente a Vox y Tamames… y Feijóo. No está claro si los elogios exagerados a Calviño y a Escrivá salieron del colaboradores de Sánchez o fue ella misma la que consideró que le venían bien esas frases de acercamiento. El fondo del discurso fue más que discutible, Sánchez le ha contagiado el triunfalismo y la falsedad de muchos de los datos esgrimidos; la forma estuvo en la línea habitual de la vicepresidenta, zalamera y seductora. Tamames se enfadó, con razón, porque dijo que aquello no era un debate parlamentario, sino un mitin.

Díaz, al terminar, estaba exultante, daba a entender que había pronunciado el discurso de su vida. Seguramente los de ayer la bajó de la nube, al conocer el diagnóstico prácticamente unánime de los medios de comunicación.

El domingo 2 se presenta oficialmente como candidata a la Presidencia del Gobierno. quizá entonces dé una pista sobre con qué siglas se presenta. Pero si se da credibilidad al discurso de la moción de censura, ahora mismo se siente más cómoda y con mejor futuro jugando la baza Pedro Sánchez. Sin embargo, eso no significa que vaya a ser su decisión última y definitiva. En Galicia la conocen bien y los vaivenes que ha dado de un partido a otro. También Pablo Iglesias ha acabado conociéndola bien, aunque tarde. Ahora reconoce públicamente que se siente traicionado por quien fue su pupila y amiga. Cosas que ocurren cuando se considera la política como fórmula para medrar.

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