Vía Augusta
Alberto Grimaldi
La conversión de Pedro
Aveces nos apetece ver una película en alguna de las plataformas que tenemos a nuestro alcance. ¿Qué elegimos: drama, comedia, documental…? La lista de ofertas crece cada vez más según vamos avanzando con el mando y, abrumado, empiezas a mirar la sinopsis de las películas en busca de un argumento que te atraiga.
Algunos frikis (como yo mismo) complementan la información consultando paginas especializadas en internet. El resultado es que muy pocas veces escoges algo que te guste y con frecuencia el “espectador de fortuna” (qué es lo que somos) suele acabar –si es que llega al final de la película– con la sensación de haber perdido el tiempo miserablemente. La razón de que la oferta cinematográfica sea tan poco atractiva no hay que buscarla en la falta de talento e imaginación de los cineastas modernos sino, como decía Martin Scorsese, en el cambio de prioridad de las compañías que ahora controlan Hollywood (antes corporaciones financieras que estudios con inquietudes artísticas como fueron la Warner, la Paramount, la Fox o la MGM).
Las ganancias priman sobre la creatividad y los inversores han visto muy claro que los beneficios se aseguran mejor si repiten los argumentos que ya han funcionado en vez de apostar por historias originales. La debilidad de las tramas se camufla con una obscena exhibición de artefactos tecnológicos que enmascaran con efectos especiales, explosiones y sobresaltos la inanidad de los guiones. Las fórmulas en las que se basan los productores hacen que el cine sea cada vez más predecible y… aburrido. Las pantallas están copadas con franquicias que estiran hasta el infinito las historias que, con independencia de su calidad, han tenido éxito en taquilla. Así, por ejemplo, las películas de superhéroes no es que sean una saga, más bien se han convertido en plaga y, con sinceridad, son una memez de filmes incluso para los niños. Con los relatos de Star Wars hemos recorrido en incontables entregas casi todo el universo a pesar de la poca enjundia de su argumento y a los dinosaurios de Jurassic Park ya los conocemos mejor que el científico que los resucitó. Fast and Furious, Misión: imposible, El planeta de los simios, Rocky… Me rindo y termino viendo, otra vez, El Padrino.
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