Alto y claro
José Antonio Carrizosa
Vox, un estado de ánimo
óscar Puente tuitea y chirría los días impares, y los pares se dedica a lo suyo, que es buscar argumentos para restar gravedad a los retrasos de los trenes y a las interrupciones de la Alta Velocidad, es un ministro socialista que vive afiliado a la red de Elon Musk y que se cree un heraldo de la cruzada contra los bulos y las informaciones falsas, es una contradicción en sí mismo, hoy es Hyde, mañana Jekyll, o berrea en la nube o susurra explicaciones técnicas que encandilan a una supuesta afición, ¿qué le pasa al vallisoletano?
Óscar Puente tiene prisa y se le nota, en el PSOE se está abriendo el prólogo de la sucesión de Pedro Sánchez, y son el ministro de Transportes y Adriana Lastra quienes tienen las mejores conexiones con los dirigentes medios y la militancia. El vallisoletano juega en la liga de los más radicales, los más sanchistas por definirlos de algún modo, mientras que la asturiana cuenta con la auctoritas de haber sido víctima del entramado machista del triunvirato Ábalos, Cerdán, Koldo. Bien es cierto que Lastra quiso abrir el relevo de Pedro Sánchez antes de tiempo, o que ésa fue la excusa para laminarla, pero es el otro referente para el postsanchismo.
Pedro Sánchez medita estos días en La Mareta cómo encauzar este otoño, si habrá o no crisis de Gobierno en octubre, y cuánto de profunda será ésta. Hay ministros que ya debían haber salido, como Fernando Grande-Marlaska, al que se le rogó que siguiese después de la crisis de las balas de Israel, y hay quien le está pidiendo al presidente un giro hacia la austeridad, al espartanismo. Él escucha y pregunta, pero el resistente ha logrado superar otra crisis que parecía insalvable; estaba muerto cuando Cerdán ingresó en Soto del Real.
Pero Sánchez comienza a ser historia, aún le queda la última gesta de unas elecciones generales que tiene perdidas de antemano, y en el PSOE se están tomando posiciones. Hay quien piensa, por ejemplo, que lo mejor que puede sucederle al partido es pasar a la oposición con 115 ó 120 diputados para freír un próximo Gobierno de Alberto Núñez Feijóo con Santiago Abascal de compañero de viaje, siempre hay optimistas equivocados, en la naturaleza de los partidos hay un gen que les impide ceder poder, siempre hay que ganar, no hay dulces derrotas más allá de la poesía.
Puente es el resultado de lo peor del sanchismo, un Sánchez sin contrapesos, sin su condición de estratega, un tipo que pierde la razón en las sobremesas ante la gran X de Elon Musk.
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