La reciente crisis provocada por Marruecos con España ha tensionado las relaciones y al utilizar como arma de presión fronteriza a cientos de sus menores, además de mostrar el profundo desprecio del régimen hacia sus propios ciudadanos y la carencia total de escrúpulos, ha situado en primer plano informativo la cuestión del Sáhara Occidental, territorio clave para Marruecos debido tanto a sus importantes recursos naturales como a la proyección geopolítica que le proporciona en el Magreb, espacio tensionado por la rivalidad marroquí con su vecino, Argelia.

En este contexto, se suele olvidar que una gran parte de la población original del Sáhara malvive en condiciones durísimas en campamentos de refugiados al sur de Argelia, en la hamada, el desierto dentro del desierto, una zona árida, dura y de temperaturas extremas. Después de muchos años de guerra -que probablemente hubieran podido ganarla- en 1991 los saharauis confiaron en la comunidad internacional para que, a través del Plan de Arreglo, las Naciones Unidas, mediante la MINURSO, organizaran un referéndum como vía de ejercicio del derecho de autodeterminación. Realmente cayeron en una trampa. Marruecos, con el apoyo de Francia y España entre otros, nunca consintió que se organizara este referéndum y la comunidad internacional se ha ido olvidando de ellos perdiendo la posición negociadora que tenían en 1991 por las ventajas ganadas en el campo de batalla. El rearme de Marruecos desde entonces ha sido espectacular y el desequilibrio entre las partes hoy es enorme.

El detonante de la crisis ha sido la atención médica en España al líder del Polisario Brahim Gali. Convendría recordar que el Frente Polisario es para el derecho internacional el representante legítimo del pueblo saharaui, como así lo ha recordado el Tribunal de Justicia de la Unión Europea en varias sentencias recientes que constatan además que el Sáhara no es parte de Marruecos y no puede disponer de sus recursos naturales. Finalmente, también es muy importante recordar que España sigue siendo en la actualidad para la ONU la potencia con responsabilidad de descolonizar el territorio del Sáhara conforme al derecho internacional. La cesión del territorio a Marruecos y Mauritania en 1975 es considerada nula de pleno derecho y la ocupación del territorio por Marruecos es contraria a derecho internacional, no considerándose legítima la adquisición territorial.

Respecto al pueblo saharaui, España tiene una enorme deuda moral por su salida en condiciones vergonzantes, aunque en un contexto complejo, con el dictador agonizante en noviembre de 1975, pero más importante aún, tiene una obligación jurídica internacional que no puede desconocer eternamente por muchos chantajes que recibamos de Marrueco

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