Vinculo la longura de un texto a su necesidad de explicar. El ensayo de Ramón Andrés Filosofía y consuelo de la Música (Acantilado, 2020) abarca una parte mayor de la Historia de la Cultura occidental hasta la Ilustración, los vínculos entre las concepciones del mundo y de la vida con las teorías musicales; su millar largo de páginas no se leen, te acompañan un tiempo.

Ramón Andrés despliega en todos sus trabajos una sabiduría que es una singularidad para nuestro foro, y otros. La música, objeto directo o indirecto de su labor, es la disciplina más despreciada en nuestro “star system” también llamado Cultura, se suele resumir con dos palabras: “Relajante” o “Bonita”, no sé lo que pensaría Schumann.

Hasta hace un par de siglos el debate musical es el de la Ciencia; curiosamente, cuando se divorcia de la Física, pierde su carácter matematizante (barroco, clásico) para emanciparse como melódica y narrativa, en el XIX no se compone pensando en las armonías de la naturaleza y sus materiales sino en Arte, autores y sus ideologías...

El siglo XX traerá de nuevo la textura del sonido y un pitagorismo naturalista, mejor dicho, sufrirá una esquizofrenia que dividió la música en un sentimentalismo muchas veces agotado, poco capaz de emocionar a un oído saturado de siempre lo mismo, y un aritmogeometrismo demasiadas veces incapaz de humanidad y más deudor del ingenio y la teoría que de una visión del mundo y la vida.

Ser capaz de describir estas relaciones durante más de veinticinco siglos sitúa a nuestro autor en la élite de los ensayistas con capacidad de síntesis, de revelar y enseñar. Andrés controla toda esa sabiduría olvidada, mucho mayor que la conservamos como Historia, ésta no es más que lo interesante para quien está ejerciendo su poder con sus ideas en activo, aquélla es la actividad real del ser humano acumulada permanentemente en relación con su tiempo e inutilizada por la muerte.

Lo que usamos como Historia es en realidad actualidad, el pasado permanece estático esperando que la llave de la erudición nos muestre cómo sabían y vivían nuestros ancestros, y esto es lo único que nos da la opción de no ser fanáticos, violentos, moralistas, adictos al poder y sus formas e incapaces de trascender los vicios de nuestro presente.

Agradezco a Ramón Andrés y sus libros parte de lo que me ayuda a entender. Admiro su capacidad para escribir con elegancia y hasta belleza prosística libros difíciles, en los que cada palabra y cada idea están en su sitio y en perfecta armonía con el conjunto total, es un gran Músico.

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