Vía Augusta
Alberto Grimaldi
La conversión de Pedro
Si visitan la biblioteca del Campus de Algeciras de la UCA encontrarán en la sección del Centro Documental del Estrecho un panel que rinde homenaje a las diferentes lenguas que se han hablado y se hablan en el ámbito del estrecho de Gibraltar, muestra de la diversidad cultural y riqueza histórica de un territorio singular. En general, los territorios transfronterizos que sirven como punto de encuentro de diferentes pueblos generan una riqueza propia que funde la diversidad en una identidad cultural propia.
Cada una de las dos orillas del Estrecho tiene sus particularidades culturales y sociales que definen el territorio como un crisol cultural único de enorme riqueza. En la orilla norte, la compleja historia de Gibraltar y los diferentes orígenes e idiomas de sus habitantes ha generado una singularidad propia y una identidad como pueblo de un enorme valor. Este patrimonio que se ha ido forjando durante siglos se está diluyendo rápidamente en tiempos de la globalización, en los que la uniformidad promovida desde los profundos cambios sociales transforma todos los centros de las ciudades en territorios idénticos. En la actualidad prácticamente todas las calles de las grandes ciudades son casi idénticas. Por todo ello, la iniciativa reciente que hemos conocido esta semana del Ministerio de Patrimonio de Gibraltar, que ha puesto en marcha la instalación de letreros de azulejo con los nombres en español y llanito de diversas calles de Gibraltar, tiene un gran valor al desafiar la uniformidad de la globalización y es una apuesta valiente para preservar y promover el multilingüismo, el patrimonio, la cultura y la identidad gibraltareña, fruto de un proceso de fusión en el que el español desempeñó un papel clave como idioma común de la población civil de diversos orígenes frente al inglés, el idioma de la guarnición.
Si España descuidó la promoción del español en Gibraltar y bajo el mandato de Margallo, el peor ministro de Exteriores de la democracia española, se cerró el Instituto Cervantes y no se ha recuperado desde entonces, merece la pena reconocer todo intento de recuperar, aunque sea simbólicamente, el español como factor de fusión en el llanito, muestra de la riqueza cultual e identidad del pueblo gibraltareño.
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