Alto y claro
José Antonio Carrizosa
Las carnes abiertas
A paso ligero
El ministro de Transportes, Óscar Puente, se ha comprometido esta semana a poner en marcha el tren litoral entre Nerja y Algeciras. Un sueño anhelado por las dos provincias pero que necesita mucho más que la mera palabra de un ministro para hacerse realidad. “Este ministro no se caracteriza por hacer anuncios a humo de pajas, si decimos que lo vamos a hacer ya pueden los andaluces creerlo”, subrayó en sede parlamentaria. “Palabrita de ministro”, le faltó decir.
Pues no le creo. Básicamente, porque –repitan conmigo– los ministros están de paso. Y, por tanto, cuando “este ministro” se compromete a algo no quiere decir que el siguiente vaya a continuar la tarea. Ejemplos tenemos a pares en nuestra mal vertebrada comarca. Hace décadas que esperamos el desdoble de la Nacional 340 entre Vejer, Tarifa y Algeciras. Esa misma que otros –¿responsables?– políticos anteriores se comprometieron a impulsar y cuyos planos siguen durmiendo en los cajones. Siquiera han comenzado las obras para construir apenas una decena de rotondas para acabar con los cruces. Como para aspirar a tener una vía de alta capacidad a las puertas de un Mundial entre España y Marruecos, con Tarifa como uno de principales puntos de embarque de viajeros entre los dos continentes. Podemos esperar sentados.
Volviendo al tren, no creo en la palabra del ministro Puente porque esto no es Marruecos ni Corea del Norte, donde las decisiones se toman apuntando con el dedo en un mapa. Para empezar, Transportes tiene que elaborar un estudio de la demanda para comprobar si el tren litoral resulta viable. Y mucho me temo que solo resulte a cuenta prolongar las vías desde Fuengirola a Marbella. Ojalá me equivoque.
Antes, hay mucho por hacer. El Campo de Gibraltar recibirá este domingo, por fin, un nuevo tren Alvia que permitirá jubilar a los vetustos Intercity, aquellos trenes-ruleta rusa con los que podías fácilmente quedarte tirado en cualquier páramo del camino. Pero necesitamos más. Al menos dos trenes en cada sentido y a un precio sensiblemente más bajo para poder contar con unas posibilidades de conexión con un mínimo de confort. Porque, de lo contrario, seguirá siendo relativamente más ventajoso tomar un AVE, un Iryo o un Ouigo en Málaga. Echen cuentas. Posiblemente un ‘Bla bla car’ más el billete siga siendo más rentable que embarcarse desde Algeciras. Señor Puente, por favor, tome nota de todo esto.
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