Alto y claro
José Antonio Carrizosa
¿Conspiración?
“¿Qué hubiera sido, si antes te hubiera conocido? Seguramente, estarías bailando esta conmigo, no como amigos”. Eso le canta una guapa muchacha de Medellín a su crush, como dicen ahora los jóvenes de la edad de mi hija Lucía.
La cuestión es que el amor platónico de Karol, que se llama la chica, no sabe ni que esta existe a pesar que ella se plantea en su romántico imaginario incluso el matrimonio. Pero a pesar de todo no pierde la esperanza.
Cuando la escucho me acuerdo de Fabián Picardo. Me lo imagino bailándola tras una agradable barbacoa entre amigos, durante una tórrida noche de verano en cualquier chalet de Sotogrande –hábitat natural de los VIP llanitos– ya tarde, con las copas y los habanos, cuando la pandi deja de hablar en inglés forzado y empieza a soltárseles la lengua en andaluz.
Porque Fabián tiene pinta que es muy de Karol. Más que de Dua Lipa o Taylor Swift¡, seguro. Yo también lo soy; cómo no serlo.
Y seguro que tarareándola Picardo se pone sentimental y piensa qué hubiera sido si las cosas hubieran discurrido de manera diferente. Su crush, Reino Unido, los ha puesto en una situación de incertidumbre y de casi abandono, a pesar del inmenso amor mostrado a la metropoli. Fabián, en ese limbo en que lo dejan, se siente incluso un poco Karol. Y es que no solo se ha expulsado a Gibraltar fuera del bloque comunitario y del mercado único, con las ventajas que ello proporcionaba a la colonia desde su privilegiada regulación singular, sino que ahora acechan las restricciones en frontera en apenas 20 días por imperativo de Bruselas, que no entiende de compadreos ni de pasiones imposibles. Ni de los típicos amores comprados.
De ser un municipio más de los que lo rodean, se pasa a ser una isla con exhaustivos controles biométricos en la Verja, afectando de manera brutal al modo de vida del llanito a caballo entre ambos lados. Siempre sacando lo mejor en cada jurisdicción, of course.
Karol es tan grande que la misma canción incluso la podría cantar Albares. También lo veo ahí en guayabera, sin sus gafas y desmelenao en la party. A nuestro carismático canciller le pega la estrofa “de nadie te va a tratar como yo”, que le decía la paisa al parce.
Porque desde luego que España ha dado y ofrecido todo y mucho más, anteponiendo los pretendidos intereses y bienestar de los habitantes de esta comarca y de sus vecinos de la colonia a nuestra reivindicación de soberanía e incluso a nuestra economía local, dañada de manera constante por la de Gibraltar. Y su generosidad en la negociación creo que puede haber llegado ya al límite ante la cerrazón que impone Gibraltar, o que se le impone quizá.
En fin, ¿cómo acabará la fiesta? Los de este Campo seguro que machacados, seguro, como siempre.
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