Obituario por Quico Rebolledo

Antonio Vergara Jiménez

Profesor del SEPER Tarifa

El hombre nuevo

Hablar de Francisco Rebolledo Barreno, más conocido por Quico Rebolledo “el de Agaden”, en pocas líneas es complejo, sus 53 años dieron para llenar ríos de tinta. Y en un río empezó su activismo ecologista cuando en los años 90 se realizó el Trasvase Guadiaro-Majaceite para llenar de agua potables la insaciable especulación urbanística de la Bahía de Cádiz-Chiclana.

Nuestro compañero fue el primero en Agaden en conseguir que el pueblo llano le siguiera en unas reivindicaciones modernas e innovadoras, adelantándose a los tiempos. Sin embargo no era un iluminado, una persona de bien entroncado a la Tierra por una familia histórica de Jimena, vinculada al aprovechamiento histórico del P.N de Los Alcornocales. El indicador biológico y social fue la caseta de Agaden en la feria veraniega de Jimena donde consiguió una comprometida clientela que con sus consumiciones financiaron la Casa Verde, lugar de encuentro y acción.

Su repentina muerte deja la herencia más grande y comprometida por lucha por los derechos de la Madre Naturaleza. Y su labor en el sindicato CGT complementa la actividad luchadora en pos de la dignidad laboral. Porque Quico estaba hecho de otra pasta, era el hecho que constataba que luchas anteriores siembran en el viento la semilla del hombre nuevo, de la persona íntegra y con valores, del saber estar con el no y con el sí sin perder el norte, en un mundo de bajeza y abandono al poder económico.

Nos queda una página en blanco en su libro vital que nos debemos en la acción colectiva de recordar su legado para siempre tener la referencia del puerto seguro, la de su acción, la de su lucha, la de los miles de árboles plantados para formar el bosque de palabras que nos lleve a la razón del ser humano.

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