
Brindis al sol
Alberto González Troyano
Otra cara de España
Hoy quiero hablarles de una iniciativa que se lleva a cabo en la ciudad de Nueva York por parte de la organización no gubernamental Defensores de los de los niños de NY. Esta entidad trabaja para garantizar a todos los niños, fundamentalmente aquellos que pertenecen a familias desfavorecidas y con bajos ingresos, el acceso a una educación digna y de calidad. Además, presionan a las autoridades para que se produzcan las reformas educativas necesarias que favorezcan el empoderamiento de este tipo de alumnos y sus propias familias.
Con un rodaje de más de 50 años, un equipo de abogados y especialistas en educación ayudan a las familias de estudiantes a proteger sus derechos relacionados con la educación y obtener el apoyo educativo que sus hijos necesitan. Atienden a estudiantes desde la edad infantil hasta los 26 años en temas como la discriminación, el acoso, la discapacidad, la falta de un hogar o incluso problemas con la justicia, asesorándoles y ofreciendo talleres formativos gratuitos.
Según datos de esta misma organización, más de 146.000 estudiantes de la ciudad de Nueva York (aproximadamente uno de cada ocho niños matriculados en las escuelas públicas) se quedaron sin hogar durante el curso escolar 2023-24. De estos estudiantes, el 41% pasaron tiempo viviendo en refugios públicos de la ciudad, el 54% compartían temporalmente la vivienda de otros debido a la pérdida de su hogar o dificultades económicas y el 5% restante vivían en hoteles o moteles, o carecían de una residencia nocturna regular y adecuada. En los refugios las familias con niños pueden permanecer solo 60 días, los traslados cada dos meses suponen un daño potencial añadido ya que los niños pueden ser trasladados a lugares lejos de las escuelas públicas a las que asisten.
El número total de estudiantes identificados como sin hogar en 2023-24 fue un 23% mayor que el año escolar anterior, si bien las cifras observadas el año pasado representan niveles récord, impulsadas en parte por el aumento en el número de familias inmigrantes y solicitantes de asilo que llegan a la ciudad. La falta de vivienda de los estudiantes es un desafío de larga duración, el curso 2023-24 fue el noveno año consecutivo en el que más de 100.000 estudiantes de las escuelas públicas de la ciudad de Nueva York se quedaron sin hogar. En otras palabras, los niños que estaban en la educación infantil el primer año en que la ciudad alcanzó la terrible cifra de 100.000 estudiantes sin hogar, ahora han comenzado la escuela secundaria. El único sistema escolar que han conocido es uno en el que hay más estudiantes sin un lugar permanente al que llamar hogar, que asientos en el Yankee Stadium y el Citi Field combinados.
Ante esta situación de terrible desamparo para tantos niños y jóvenes me pregunto qué futuro les espera con la nueva administración Trump.
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