Lotta Continua
Francisco Silvera
Una modesta proposición
Me gustaría saber cómo le explicaría un nacionalista catalán o vasco a un ocupante de un cayuco a la deriva en medio del océano jugándose la vida por cumplir el sueño de ser algún día español, que él, teniendo todas las ventajas de serlo, desea con todas sus fuerzas ser otra cosa, que no sabemos muy bien en que consiste.
Me gustaría saber cómo quienes son partidarios de reducir los impuestos al mínimo, y dejar la la sociedad en manos del mayor o menor éxito que cada uno tenga a la hora de alcanzar sus objetivos, pretenden mejorar la sanidad o la educación pública de los más desfavorecidos en la batalla que es la vida, y en la que para que haya ganadores, tiene que haber también por lógica, perdedores. ¿Y qué hacemos con ellos ¿Los dejamos tirados en las cunetas?
Me gustaría saber cómo pretende Europa seguir siendo el mejor lugar del Planeta para vivir, endeudada hasta límites obscenos, manteniendo un tren de vida que no pueden pagar la mayoría de sus países miembros; gozando de unas prestaciones sociales envidiables, pero generando cada vez menos riqueza, ensimismada en sus conquistas de siglos pasados y alejada del eje que mueve al mundo en la actualidad.
Deseo fervientemente que termine de inmediato el genocidio que está cometiendo Israel, pero me gustaría saber si algún día existe un Estado palestino, si sería democrático y los derechos que tendrían en este las mujeres; y si no lo fuera, si habría manifestaciones en su contra.
Me gustaría saber por qué el centro derecha y el centro izquierda español no se unen para así poder plantar cara a los radicales tanto de un lado, como del otro. ¿Acaso no debería ser esa la estrategia principal de quienes se denominan a sí mismos como centristas?
Me gustaría saber por qué cuando estamos más de cinco minutos sin mirar al móvil, nos entran sudores fríos y el corazón nos late más deprisa. Por qué las historias que se muestran en las grandes pantallas de los cines son cada vez más pequeñas. Me gustaría saber por qué las izquierdas siguen sin entender el auge de la extrema derecha, como el fruto lógico del fracaso de sus actuaciones y no como parte de una conspiración de indocumentados. Me gustaría saber qué piensan Ayuso y Feijóo, el uno del otro. Y si piensan. ¡Queda tanto por aprender!
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