Paco Guerrero
De trabajos
La desfachatez política alcanzó otra cumbre con las elecciones de Extremadura. El gran perdedor fue Pedro Sánchez, que estuvo allí y le hizo la campaña al candidato del PSOE, Miguel Ángel Gallardo, tras cometer la chulería de avalarlo, a pesar de estar acusado de un chanchullo con el hermanísimo de don Pedro. Los relatores del sanchismo ya empezaron a contar mentiras en la misma noche del fracaso, manipulando las cuentas a su antojo. Todo para ocultar el ridículo del PSOE, que ganaba con el 54% de los votos en los tiempos de Juan Carlos Rodríguez Ibarra y ahora está en menos de la mitad: el 25,72%.
Una de las principales mentiras es adjudicar el fracaso en exclusiva a Gallardo, y decir que fue colocado por sus compañeros extremeños, no por Pedro Sánchez. A las pocas horas dimitió Gallardo, jamás Sánchez. Y otra fue presentar al PP como perdedor y a Vox como ganador, porque María Guardiola no había conseguido la mayoría absoluta. Omitiendo algunos datos curiosos, como que entre la izquierda suman 25 escaños (18 el PSOE y 7 Podemos-IU) y que el PP llegó a 29 escaños. Por lo que será imprescindible, para que el PP pierda votaciones, que el PSOE y Podemos-IU voten lo mismo que Vox, ya que la izquierda sola perdería siempre.
Es cierto que María Guardiola no alcanzó los 33 escaños de la mayoría absoluta. Pero la ganadora fue ella, que en 2023 obtuvo 6.893 votos menos que el PSOE, aunque empató a 28 escaños. Y en 2025 superó al PSOE en 92.283 y llegó al 43,18% de los votos. Vox ha tenido un gran avance, pero no ganó. Obtuvo 11 escaños y se quedó en el 16,90% de los votos, que es menos de la mitad que el PP. No llegó al 20% que algunos esperaban. Quedó claro que Vox no está hoy en condiciones de gobernar en solitario en ningún lugar de España, y que sólo sirve para evitar las mayorías del PP, de lo que se puede beneficiar el PSOE.
Por lo demás, hubo detalles extrapolables a la realidad española. En la pérdida del PSOE se estima que hubo una transferencia de votos del 11% al PP, un 12% a Podemos-IU y un 5% a Vox. En el PSOE deben valorar por qué se les han escapado votos a Vox. Y por qué el PP les rascó casi lo mismo que la izquierda unida. La alta abstención es normal en unas autonómicas que no coincidieron con las municipales. Suele ocurrir.
En cualquier país europeo, con este panorama, el presidente prepararía las maletas. Y sus compañeros ya le buscarían un recambio. En una región que era de izquierda perdieron por goleada. Pero dicen que no sirvió para nada.
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