Gibraltar se nos diluye

24 de junio 2025 - 03:05

Paradójicamente, lo más atractivo de Gibraltar para los españoles ha sido siempre su britanidad. La Verja era el elemento que mejor evidenciaba que el viajero había entrado en otro país. Ayudaban mucho también las ya residuales cabinas de teléfono rojas, los agentes de la Royal Gibraltar Police, el Marks & Spencer, el Morrison (con sus Blossom Hill y sus Cadbury) y algún que otro Routemaster de dos pisos. Pero lo que mejor definía a Gibraltar a nivel popular era La Verja, esa cancela que cerraban unos regímenes y abrían otros, que se atrevieron a saltar algunos históricos intrépidos (como si del telón de acero se tratara), esa misma a través de la cual se comunicaban a gritos y sin pudor los vecinos de uno y otro lado, familiares casi siempre separados por la desalmada geopolítica.

Tenemos muchos la sensación de que, con el inminente derribo de esa Verja, el desmantelamiento de los controles de documentación y la retirada de las alambradas de púas que separan las playas, la britanidad de Gibraltar, si no se ve comprometida, sí que va a quedar diluida o reducida a su mínima expresión.

A mí, particularmente, no me interesa nada un Gibraltar que parezca un barrio de La Línea. Si los llanitos dejan de hablar eso que hablan, el vino Kumala se sustituye por Faustino y el Winston o el diésel cuestan lo mismo que en Taraguillas, yo dejaré de llevar a mis primos de Santander a que conozcan Gibraltar.

Intuyo que la britanidad de La Roca está en peligro, al menos en términos culturales, y eso a mí no me gusta. Los de allí adquirirán viviendas aquí. Los de aquí comerciarán sus productos allí. La policía española patrullará el Gibraltar airport y también el Port (al que dejarán de llegar ferries de Tánger pero seguirán llegando cruceros con pasajeros extracomunitarios). La libra resultará incómoda en los comercios. Desaparecerá la cultura linense del contrabando.

Gibraltar no volverá a ser la misma (ya dejó de serlo cuando inauguraron el túnel por debajo del aeropuerto y dejó de ser necesario un semáforo que detuviera el tráfico cuando un avión aterrizaba o despegaba). Lo genuinamente llanito se diluye. Los monos de Apes Den se pasearán pronto por La Atunara.

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