NOTAS AL MARGEN
David Fernández
Un milagro por Navidad: salvemos al país
Al borde del inicio del verano, podría desarrollar muchos de los temas recurrentes de este tiempo: la Selectividad que se les viene encima a nuestro alumnado y a los docentes, con los nervios demoledores, expectantes de resultados; el calor de verano llegado en primavera; los aranceles de un canalla dispuesto a sojuzgar a todo el que se le antoje; la vivienda escasa y tan cara que ni se puede alquilar ni comprar, mientras que nuestros hijas e hijos, a veces con parejas y niños, compartiendo la que fuera nido, pensado para que volasen a los veinte años…
Pero, qué quieren que les diga, eso es un tema de lo cotidiano, de lo que a una buena parte de la humanidad le sucede, pero yo, que tengo la suerte de tener un rinconcito con 2.318 caracteres en un medio de comunicación, no puedo ni debo dejar de usarlo para lo que es un imperativo ético: otra llamada sobre el genocidio que Netanyahu y su gobierno de extrema derecha hacen sobre los palestinos.
Me da igual si para usar esa palabra, genocidio, debe haber una sentencia que lo indique, o invitación a ello, la realidad observada es la misma. Gaza es un campo de concentración a cielo abierto donde han sido masacrados en torno a 55.000 palestinos, de los que aproximadamente 15.000 son niños. Como en una serie coreana de terror, se muevan dónde lo hagan caen las bombas sobre ellos. No dejan entrar la comida y lo más básico de sus necesidades; los ves consumirse en esa levedad del ser; dónde solo pueden esperar la muerte.
Y la vergüenza de organismos de pura pandereta como la ONU, o nuestra gran esperanza, la Unión Europea, no hacen nada, salvo palabrería estúpida que un ciudadano raso puede usar, pero no altas instancias del poder. Y encima, aunque la comparación es odiosa, ver cómo a Ucrania se le ayuda. Palestinos pobres, carne de cañón. Y aún hay quien se extrañe de que los terroristas de Hamás hayan crecido en número. Eso por lo visto no lo pensó el Mosad cuando los creó, como Benjamín Netanyahu lo vocea.
Si quieren aclarar sus ideas lean a Omer Shatz, abogado francoisraelí, que acaba de presentar un dossier con pruebas de incitación al genocidio del pueblo palestino, contra Benjamín Netanyahu y su gobierno.
El monstruo, los monstruos están sueltos en todas partes. Desde los hornos de exterminio nazis, se escuchan llantos antiguos y nuevos.
También te puede interesar
NOTAS AL MARGEN
David Fernández
Un milagro por Navidad: salvemos al país
Diafragma 2.8
Paco Guerrero
De facilidades
Manual de disidencia
Ignacio Martínez
Un empacho de Juanma
Postdata
Rafael Padilla
Mi mochila
Lo último