Exterminio

Jamás pensé que tendría que escribir esto. Seguir las noticias de la Guerra de Yom Kipur (1973); degustar, en la biblioteca de mi tío Toñi, la lectura de Oh, Jerusalén (1971) y de Exodus (1958), y contemplar angustiado los episodios de la serie Holocausto (TVE, 1979), despertaron mi pasión por la historia. Y, aunque simpatizaba con la causa palestina, por aquello de que siempre les tocaba perder y abandonar la tierra de sus mayores, los éxitos de los judíos, que lo mismo conducían un tractor que pilotaban un Sherman por el Sinaí, me parecían una pasada.

¿Cómo se las arreglaban esos tipos del kipá para zurrarles a los ejércitos árabes, siempre más poderosos, cada vez que se encontraban? A ver si lo del pueblo de Dios, la tierra prometida y la movida alucinante del Antiguo Testamento, que supera lo mejor de Marvel, iba a ir en serio.

Así que, entre el horror ante las burradas nazis, la salvaje tradición rusa de los pogromos y la diáspora sefardí, por una parte, y las sorprendentes victorias en las guerras con sus vecinos árabes, los judíos israelíes fueron construyendo un atractivo mito en aquel mundo de la Guerra Fría, cuando el terrorismo de la Organización para la Liberación de Palestina no contribuía a la buena imagen de la causa palestina.

Que todo ocurriera con el telón de fondo de la expulsión de los palestinos de sus hogares, de su discriminación por el único Estado democrático de aquellas desgraciadas tierras o de la política de asentamientos ilegales impulsada por Tel-Aviv desde 1967, iba dejando claro que esto no iba de buenos y malos. Que machacar los supervivientes de la solución final de Hitler, por sistema, a los árabes que andaban con sus cabras por Judea, Samaria y Galilea, no iba a traer nada bueno.

Ahora tenemos certificación, por la Comisión Independiente e Internacional de la Organización de las Naciones Unidas para la Investigación en los Territorios Palestinos Ocupados, de que Israel está cometiendo crímenes de guerra y acciones de exterminio contra el pueblo palestino asesinando cada día niños y lo que sea en escuelas, hospitales, mezquitas, colas del hambre... Lo que vemos en directo por el Telediario desde 2023. Genocidio lo llaman. Y la excusa de la salvajada de Hamas de aquel sangriento octubre ya no se sostiene.