Campo chico

Alberto Pérez de Vargas

Campanadas a la guitarra

Un día no muy lejano, en el reloj de La Palma sonará la guitarra con la música de Paco de Lucía

Algeciras debe mantener vivo el recuerdo de Paco de Lucía. Y lo está haciendo. El Ayuntamiento lo ha comprendido y está fomentando toda clase de iniciativas para que la percepción de su presencia no se deteriore. El genio es inmortal e inmortal ha de ser su estadía. Una vía se está abriendo ahora para que, como ya ocurre en otros lugares, algunas de las horas que marca el reloj de la plaza mayor de la ciudad, trasciendan al toque de campanas y acudan a la música. En Andalucía y podría ser, por extensión, en toda España tenemos la guitarra flamenca, unida a la entraña del sentimiento popular. Hemos sido afortunados recibiendo esta donación de la Providencia enredada en la vibración de unas cuantas cuerdas y prendida en el corazón del pueblo.

Pero Algeciras tiene algo más que la guitarra flamenca, tiene la de Paco de Lucía, por eso empieza a ser llamada “la ciudad de la guitarra”. De modo que es natural que en un día no muy lejano, en el reloj de La Palma suene la guitarra con la música de Paco para partiendo de la torre, irse hacia el celeste infinito. Maese José Luis Pavón, relojero mayor de Algeciras, ya pensó en ello hace años, pero esa idea se ha reactivado con el interés puesto en su promoción por Javier Ortega, un paisano avezado en técnicas de mercado, que ha abordado con gran éxito la tarea de poner en conocimiento de todos, el valor de personajes y eventos, que repercutan en beneficio de la imagen y el discurrir de su ciudad, de Algeciras.

Entre todos pueden hacer que en la Plaza Alta el sonido de la guitarra flamenca de Paco nos envuelva

Parece que la AEPA, asociación consagrada a la preservación y difusión del patrimonio algecireño, ya ha hecho alguna gestión ante la Alcaldía mientras que, paralelamente, Ortega, se ha entrevistado con la familia de Paco, bien dispuesta hacia él y hacia el motivo, y con Victoriano Mera, a quien nadie puede sustituir en proximidad a Paco, su compadre y amigo entrañable.

No debieran dispersarse sino sumar y caminar juntos. AEPA es la institución a la medida y Javier Ortega quien conoce las técnicas de mercado, quien ha dado los primeros pasos hacia la familia y amigos de Paco y quien, como he visto y me consta, ha empezado a difundir la idea en redes sociales y entidades ciudadanas. Maese Pavón ha de poner su autoridad para ser quien haga posible esa colaboración necesaria y conveniente. Entre todos pueden hacer que la Plaza Alta no sólo registre la belleza de su estancia sino que además la enriquezca con un ambiente en el que el sonido de la guitarra flamenca de Paco envuelva a sus viandantes.

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