Cajón de sastre

Nicolás Barroso

El camino de los cipreses

10 de julio 2015 - 01:00

EN nuestro país, los cipreses han tenido mal fario. Quizás porque son el icono de los cementerios españoles, es difícil ver ejemplares tratados como árboles bellos en sí mismo. Todo lo más se emplean como humildes molduras o se disfrazan tallándolos en jardines de postín. Hay excepciones como el célebre ciprés de Silos, que cantó Gerardo Diego con aquel verso excepcional: "Enhiesto surtidor de sombra y sueño….." . También Gironella tituló su obra sobre la guerra civil, desde el punto de vista de los vencedores: Los cipreses creen en Dios aunque a mí personalmente, me gusta más Crónica del Alba de Ramón J. Sender que decanta el poso amargo de los vencidos.

En la Toscana, sin embargo, el ciprés forma parte de los paisajes más bellos que uno pueda imaginarse. Normalmente se utilizan para delinear los caminos que destacan sobre las suaves colinas onduladas. Al este, cerca del mar existe un pequeño pueblo medieval, al que se llega por la carretera más hermosa que uno pueda transitar. Se trata de Bolgheri. Imagínese una carretera de entrada a la ciudad con diez kilómetros bordeados de cipreses, plantados a cinco metros uno de otro, de una altura impresionante y pareja. Salvo el espacio de tiempo en que el sol está en todo lo alto, la carretera siempre está a la sombra y va cambiando la perspectiva a lo largo del día. Siempre bella, siempre refrescante.

Seguro que recuerdan en Los Diez Mandamientos, la escena del cruce del Mar Rojo. Así se siente uno, en medio de la carretera, solo que en vez de a pié enjuto como los israelitas, en cómodo coche. Bolgheri tiene un casco medieval pequeñito, pero con todos sus avíos de Castillo, Plaza, Duomo y un mirador sobre la Toscana muy respetable. También, diez restaurantes, alguno con un primoroso mobiliario hecho exclusivamente con cajas de vino y una Gelatería espléndida y eso que Italia es famosa por ellas. El helado de albaricoque, tiene denominación de origen, pues especifican de qué pequeña huerta próxima, procede la fruta.

Volviendo al camino, un poeta italiano de finales del XIX, casi desconocido en España, Giosué Carducci, jacobino y famoso por sus Odas Bárbaras, escribió un tierno poema, Davanti a San Guido sobre el camino de los cipreses. Quizás sea, su mejor poema.

stats