
Alto y claro
José Antonio Carrizosa
Tiempos de rebelión
Una de las soluciones que se aportan para salir del impasse en que el presidente del Gobierno ha metido a la política española, por mor de su negativa a dejar el poder, es que los conservadores presenten una moción de censura convenciendo a separatistas, filoterroristas y radicales de las maldades de Sánchez. Todo un dislate, ya que si pensamos en el modus operandi de los “socios” de Sánchez no encontraremos mejor ejemplo que el que nos ofrece la entomología de la mano de “las avispas de Darwin”, una clase de himenópteros sobre los que el descubridor de la teoría evolutiva dijo: “Cómo un Dios benevolente y compasivo -en el que todavía creo- pudo haber engendrado unas criaturas tan crueles”.
Las hembras de estos insectos depositan sus huevos en el interior de las orugas de escarabajos o cucarachas cuyo exoesqueleto previamente perforan con su afilado aguijón impregnado en una sustancia anestésica. Cuando los huevos eclosionan, las larvas comienzan a devorar a la oruga seleccionando primero las partes que no afectan a su supervivencia. Como una oruga en descomposición de nada les serviría, la sádica larva devora primero las masas adiposas y los órganos digestivos, preservando el corazón y el sistema nervioso central para mantener vivo a su anfitrión a la manera de un zombi. Solo al final, cuando se metamorfosee en adulto, matará a su víctima. No muy diferente es lo que hacen los “socios” del gobierno con la nación española. La han agujereado con la jeringuilla del PSOE y de manera indolora han ido destruyendo sus instituciones vaciándolas de contenido, apropiándose de competencias, boicoteando leyes y esquilmando en su provecho las arcas públicas.
Aunque ya están a un paso de desmantelar nuestro estado de Derecho, estos energúmenos a los que tan bien estamos “alimentando”, para que puedan sabotear –a gusto y desde dentro– la nación que tanto odian, jamás dejarán que caiga Sánchez. Es la oruga moribunda que les permite seguir engordando y, como ellos mismos han manifestado, cuanto más débil esté, mayor tajada le podrán sacar. Las opciones no son muchas: dejamos que los independentistas conviertan a España en un cadáver o encontramos un fumigador que acabe por fin con tan dañina plaga.
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