
En tránsito
Eduardo Jordá
Líneas rojas en el Parlamento
La ciudad y los días
Paco Salazar, estrecho colaborador de Sánchez propuesto por él como adjunto a la secretaria de Organización, renunció a formar parte de la nueva dirección del PSOE tras ser acusado por varias mujeres de acoso sexual. Estalló el día del Comité Federal en el que Sánchez decía: “Nosotros no somos como los corruptos que han manchado nuestras siglas”. Nosotros y ellos. Una receta que todos los partidos aplican cuando estallan casos de corrupción.
El problema es que “ellos” fueron “nosotros” y que hicieron sus fechorías aprovechándose de ocupar altos cargos en el partido y el Gobierno. Cuando Ábalos y Cerdán eran “nosotros” el primero fue ministro de Fomento del Gobierno de España, diputado en las Cortes Generales por Valencia y secretario de Organización del PSOE, y el segundo su sucesor en este último cargo, además de portavoz del grupo socialista en el Parlamento de Navarra, diputado en las Cortes Generales, presidente de la Fundación Pablo Iglesias y mano derecha de Sánchez desde el Peugot a las negociaciones con Bildu y Puigdemont que permitieron su investidura. “Ellos” fueron muy “nosotros”.
Los cortafuegos forestales sirven para controlar la extensión de los incendios y los informáticos para bloquear el acceso no autorizado a una red. Pero en política no logran evitar la extensión del incendio provocado por casos de corrupción, ni bloquear las investigaciones y la información sobre ellos. En su afición por las comparaciones náuticas cargadas del prestigio heroico que les han dado la novela y el cine de aventuras, Sánchez ha dicho: “Soy consciente de mi deber como secretario general y como presidente del Gobierno de España. Vosotros y vosotras me elegisteis como capitán de este barco y el capitán no se desentiende cuando viene mala mar; se queda a capear el temporal, a salvar el rumbo y a ganar el puerto”. Ambigua expresión la de capear el temporal que, según la RAE, significa “eludir con habilidad una situación difícil” pero también “entretener a alguien con engaños y evasivas”.
Lo del “ellos” corruptos y el “nosotros” honrados se resume en un diálogo de Uno, dos, tres de Billy Wilder: “¿Qué hizo usted durante la guerra?... Desde luego era antinazi y no le gustaba Adolph”, le pregunta Cagney a su secretario de evidente pasado nazi. “¿Qué Adolph?”, le contesta.
También te puede interesar
En tránsito
Eduardo Jordá
Líneas rojas en el Parlamento
Por montera
Mariló Montero
La cofradía de Sánchez
La esquina
José Aguilar
Con respiración asistida: a pagar
El balcón
Ignacio Martínez
Feijóo no es Rajoy
Lo último