La Torre de La Palma

La intervención del párraco reprendiendo a nuestros representantes democráticos tampoco es de recibo

Supongo que no hay problemas más importantes en la ciudad que la titularidad registral de la Torre de la Iglesia de la Palma. El grupo municipal socialista presentó al Pleno municipal una moción a fin que la misma se inmatriculara a favor del ente local, ya que al parecer no consta inscrita bajo el dominio de la Iglesia, aunque si en el catastro. Lo cierto es que no es el Obispado de Cádiz-Ceuta (antes Obispado de Algeciras) el que conserva ni la torre, ni el campanario, ni el reloj, donde no se invierte un euro por el simpático ecónomo episcopal; además de manera reprobable impidió hace poco que en sus campanas tañera el Entre Dos Aguas, para incomprensión y disgusto del pueblo de Algeciras. Pagamos el mantenimiento pero que no escuchemos a Paco, eso no. Yo ni hubiera pedido permiso para tal uso.

Quizá ahí empezarA el repentino interés en municipalizar la atalaya, con la excusa de asegurar la protección de la misma. Pero no debemos olvidar que el Decreto 156/2018, de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, declara Bien de Interés Cultural, la iglesia junto a la torre, y con ello, se fijan las obligaciones legales de conservación por parte del titular, conforme a la Ley del Patrimonio Histórico Andaluz. En caso de desatención, la Comunidad Autónoma tiene instrumentos legales para obligar a la ejecución de tal mantenimiento. Además en dicha declaración como BIC, además se incluyen las propias campanas (las San Eduardo, San Pedro, María Auxiliadora, San Bernardo, de la Palma, San José, y otra sin nominar de origen noreuropeo y cuya cronología data de 1778). Esta labor de conservación se ha asumido desde tiempo inmemorial por el Ayuntamiento y este status quo no es necesario que se modifique. Otra cuestión sería que la iglesia no conservara y tampoco dejara actuar al Ayuntamiento. En fin, que la moción devenía innecesaria desde el punto de vista legal, y parece una autentica perdida de tiempo y de oportunidad a la vista que cada grupo tiene un número limitado de mociones por Pleno. Para sacar a debate la cuestión de la torre, por ejemplo, hubiera sido más positivo instar a que se aprobara el acceso público la misma, y que los escolares de Algeciras la subieran como visita cultural obligada, o que se regulara el uso propio del campanario. Pero si que ha tenido un éxito político indudable la iniciativa. No solo ha propiciado que Ciudadanos no votara con el Partido Popular, sino que la intervención del párroco de La Palma reprendiendo a nuestros públicos representantes elegidos democráticamente, tampoco es de recibo, por muy errónea que sea la moción que estos presenten. En fin, a pesar de todo el ruido, mañana seguirán tocando las campanas.

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