Tierra de palabras

Tiempo circular

"Este mundo de después, igual que el de antes, está habitado por adictos al ruido"

De camino a la playa escuchando en el coche a Pepa Fernández, en ese primer momento después del boletín informativo haciendo un resumen de lo que sería la próxima hora de programa, anuncia que hoy, jueves, nos visita Antonio Muñoz Molina. No pongo la radio cuando estoy en la playa porque me gusta atender a la variedad de sonidos que habitualmente no tengo al alcance de mi oreja, llámense: el romper de las olas en la orilla; el lenguaje de aves costeras; palabras sueltas en alemán, a partir de las once, que la corriente transporta de la vehemente monitora de aquagym, supongo, de alguna piscina comunitaria de La Alcaidesa; el mugir de las vacas detrás de la montaña, sus cencerros cuando bajan a beber al riachuelo; el sutil vibrar del viento que impacta en mi oreja y su suave brisa en mi cuerpo desnudo y abandonado en la arena masajeando todos y cada uno de los bronceados poros; el mensaje silencioso del sol abarcándolo todo… Pero esta vez hice una excepción porque sentí que debía escuchar esa conversación entre ambos y así lo hice. No me equivocaba porque sus palabras suscitaron el traqueteo hoy de mis dedos en el teclado para que esto nazca.

Iba a hablar de su nuevo libro, Volver a dónde, una especie de diario del confinamiento y de reflexiones de lo vivido junto con un montón de recuerdos familiares. No falta tampoco una crítica a la inoperancia y discrepancia de la clase política en medio de un tiempo donde la ciudadanía ponía lo mejor de su parte.

Algo a destacar extraído literalmente de su libro. "Este mundo de después, igual que el de antes, está habitado por adictos al ruido, al motor de explosión y a la quema de combustibles fósiles." Considera que el mundo de después es solo una mala copia del mundo de antes. Ahí lo dejo.

Algo que me resultó muy curios fue su reflexión sobre la importancia de la celebración en el mundo rural de los Santos porque el tiempo en ellos es circular como el tiempo campesino donde las estaciones marcan los trabajos y sus celebraciones. El tiempo de los cumpleaños es lineal, unidireccional, no tiene retroceso, mientras que en el de los Santos, en el rural, hay un eterno regreso mitológico.

Lo demás…, habrá que descubrirlo en su libro.

Desconecté la emisora y sumergiéndome en ese tiempo circular, tumbada plácidamente, respiré la calma, su sereno estar y las ideas que el escritor me había aportado.

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