Visiones desde el Sur

Saltimbanqui

A Isabel Díaz Ayuso le queda cerrar el Instituto Cervantes e incluso la Real Academia de la Lengua

Desde el miércoles no quepo en el pellejo. Vamos, que no duermo. Es más, debo confesar que no me separo del ordenador -al que le he puesto una alerta expresa sobre la materia- para que el asunto no se me pase: para no perder tamaña oportunidad. Porque, lo que yo he deseado de verdad, siempre, ha sido aprender español; y, ahora, mi presidenta Isabel Díaz Ayuso me ofrece esa oportunidad.

Como saben, ha creado una Oficina del Español en Madrid. Y yo, si le pongo interés y ganas a las cosas, soy capaz de aprender. Y el español, debo decir, es una asignatura que tengo pendiente de cultivar desde que nací. Bueno… y si encima lo estudio en la capital del idioma español, que según mi presidenta es Madrid, pues no vean.

Además, han puesto al frente de la misma a un saltimbanqui, o sea, a un tipo que realiza acrobacias y ejercicios de saltos y equilibrios ante el público, como es Toni Cantó. Y alucino con la posibilidad de empezar en la primera promoción y aprender cómo se hace -con el español de verdad, el genuino- para pasar de la UPyD a Ciudadanos y desde este al PP, sin arrugar el labio y encima que te paguen. Y me interesa ser conocedor de este español, oigan. Estar en la primera hornada de una oficina cuya misión es "la promoción de Madrid como capital europea del español y el fomento y promoción de la industria y el potencial económico y cultural del español". Sobre todo, con un actor que sabe utilizar los sinónimos y los antónimos y otras muchas cualidades que desconozco y que solo sabe mi presidenta, con tanto desparpajo dada su profesión, y, de paso, cambiarse de chaqueta en el camerino y salir al escenario sin azorarse, interpretando cualquier guion, el que le ponga el regidor, el director o el productor, que es quien paga. Un acierto, sin duda.

Después de este alucinante anuncio de la ya lideresa del PP, que cada vez cerca más a Pablo Casado con su audacia y buen hacer -que manda cojones-, no le queda otra al gobierno de España que cerrar el Instituto Cervantes e, incluso, replantearse muy seriamente el papel de la Real Academia Española de la Lengua, esa institución absurda dedicada a la regularización lingüística entre el mundo hispanohablante. Y no digamos ya las veinticuatro Academias Españolas de la Lengua esparcidas por el mundo, especialmente en América latina, aunque algunas tengan más de 150 años de existencia. Que tiemblen.

En fin, que tengo un orgasmo de satisfacción indisimulable

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