Hace solo unos días una noticia nos golpeaba; la "fetua" que hace 30 años promulgó el Imán iraní Jomeini había llegado a su destinatario en un auditorio en Chautauqua, EEUU, donde el escritor inglés de origen indio intervenía en la defensa para que la potencia mundial dé asilo a los escritores exilados. El origen hay que buscarlo en su libro Versos Satánicos que por error de traducción hacía mención a todo el Corán, cuando su autor tomó solo aquellos que el propio Mahoma dictó así y los suprimió y que desató las iras del integrista jefe de estado y de todos aquellos que lo seguían y siguen: la palabra frente a la Violencia, aunque sea un solo cuchillo y un hombre el que lo utilice.

La Humanidad desde allá donde se hubiere dispersado, hace más de un millón de años, descubrió la necesidad de la palabra como vehículo de comunicación. De sonidos que fuesen iguales y reclamasen atención, auxilio, comunicar alegría, calificar esos sentimientos que brotan de la necesidad o la emoción. Todos comunes a sus coetáneos que difícilmente transitaban por la Vida. Como ahora.

Más tarde esas palabras poderosas que se las llevaba el viento, quedaron impresas para buscar, esa idea nuestra algo enfermiza de sobrevivir al Tiempo. Y es ahí dónde nos encontramos la magia poderosa de la escritura que hombres y mujeres de todos los tiempos han volcado sobre distintos soportes para contarnos esos mundos paralelos creados en sus imaginaciones y que son capaces de aproximarnos a los límites infinitos de otras vidas y experiencias. Es aquí desde otro rincón del espíritu humano en la que surge la plaga más inmunda y pertinaz que la Humanidad es capaz de generar: la Intolerancia.

La fragilidad de lo que somos poco puede hacer frente a este sentimiento que es nuestra muestra más tosca y vulgar: el odio, que no se merece escribir en mayúsculas. Treinta años más tarde un hombre valiente, que negó vivir rodeado de miedo; un escritor que reivindicó la libertad personal, gustasen o no sus escritos, se lo topó en un estrado con solo el escudo de sus palabras. Su lucha serán las secuelas psicofísicas que le acompañarán su tránsito en la vejez.

Es triste terminar un artículo, aunque sea menor como este, con una reflexión de cómo otra creación humana, la Religión, cuando se escapa de dar esperanza y confort, se convierte en una maldición castradora donde imperan los dogmas.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios