Con la venia

Fernando Santiago

fdosantiago@prensacadiz.org

Robin de los bloques

El exhibicionismo es la gran epidemia del siglo XXI. La gente ha perdido el sentido de la privacidad

Lo primero que se me ocurre es qué pintan tres chavales paseando por los bloques junto a la muralla de San Roque. Deben tener el espíritu intrépido de "Los Indiana Jones de los callejones" porque no soy capaz de explicarme qué buscaban los pibes por ahí. En fin, todos hemos sido jóvenes y un poco descerebrados. Ahora bien, el cénit es que los chavales descubren un cuerpo descuartizado y sin cabeza y lo primero que se les ocurre es grabarlo en el móvil y mandarlo a los colegas. Con un par. No digo yo que antes no se hiciesen tonterías pero todavía Steve Jobs no había inventado el teléfono inteligente y la gente tenía sentido del pudor. Ahora se graba todo y se cuelga todo para hacerse los importantes. Por supuesto lo más de lo más es la escena del viernes o cuando hace tiempo grabaron sexo con una chica de un instituto gaditano. Es elevar al absurdo lo que hacen tantos: aquí tomando un café, aquí con los colegas tomando unas birras, esta es la berza que me voy a meter entre pecho y espalda, este el viaje que estoy haciendo para que palidezcáis de envidia, aquí nosotros de fiesta, cantando por Juan Carlos Aragón con los colegas, qué maravillosos vinos voy a beber, Cádiz es fantástica fijaros lo bien que estoy en una terraza mientras vosotros curráis, quiero a mi Mari Loli una jartá, mis niñas son lo más importante de mi vida, Carmeluchi te quiero con locura muero por ti, papá te echo mucho de menos, las monerías que hace mi perrito. En fin, que como antes esas cosas se contaban en las barras de los bares, ahora tenemos la oportunidad de hacerlo por Instagram, Pinterest, Telegraph, Guasap, Facebook , Tuiter, Linkedin, Youtube y tantas otras oportunidades que la tecnología ha puesto a nuestro servicio.

La gente cuenta lo feliz que es, lo maravilloso que resulta todo lo que hace, larga babetones interminables sobre el populismo, Donald Trump o lo pérfidos que son los bancos y las eléctricas. Lo primero es constatar que junto con la facilidad que otorga la tecnología hay una crisis de pudor.

El exhibicionismo es la gran epidemia del siglo XXI. La gente ha perdido el sentido de la privacidad. Pero la segunda epidemia seguida muy de cerca son las faltas de ortografía. La LOGSE ha hecho estragos. La gente no solo cuenta su vida sin recato, sino que lo hace dándole patadas al diccionario por si fuera poco con un nivel de agresividad excepcional. Me debo estar haciendo viejo porque si yo me encontrase un cadáver troceado lo único era llamar a la policía. Soy un carcamal.

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