Manolo regresó, como algunos otros a los que Algeciras y la comarca les deben su ser y estar. No nos enteramos, ni se enteran en los ayuntamientos ni se entera la gente; los ven con indiferencia, sin saber cuánto cuelga de los alamares de sus inteligencias, de sus saberes, de sus esfuerzos. Aquellas promociones del Instituto que marcharon a las universidades de Sevilla, Granada, Madrid, Barcelona o Murcia, en las últimas entregas de los años cincuenta, han desempeñado un papel que no por ignorado del general conocimiento de administradores y de administrados, debemos silenciar los que hemos sido testigos presenciales.

Manolo Natera vivía cerca de la Plaza Alta y fue uno de los mejores estudiantes del Instituto en los años cincuenta. Con Armengol Viñas Castro, José Alberto Gonzalo Platero, Juan Peña, Juan José Nieto, Pilar López García, Inmaculada Vargas Machuca, Antonio López Canales, Santiago Sarmiento, Manolo Soria, entre otros. El grupo más brillante de esos tiempos. He sido un privilegiado y entusiasta testigo de sus trayectorias. En algunos casos con especial proximidad. Tuve la satisfacción de saber del prestigio de, por ejemplo, el doctor Platero, cuando me convertí en profesor ayudante de la Universidad de Ginebra, en la que él se había doctorado en Medicina (Oftalmología), y he podido seguir el proceso que llevó a Manolo Natera hasta la gerencia del Plan de Desarrollo del Campo de Gibraltar (Octubre, 1974) y hasta la dirección económica del puerto de Algeciras, cuando estaba todo por hacer.

Colaboró en la formación de muchos estudiantes de Economía y Empresa. Fue doctor tardío, como ocurre con los que han dedicado mucho tiempo al ejercicio profesional. Su tesis doctoral, leída en la Universidad de Sevilla, en 1996, se titulaba: "El desarrollo socio-económico del Campo de Gibraltar (1965-75)". Cuán bien vendría por estos pagos, que la leyeran; para que se enteraran de lo que pasó. Nos veíamos con frecuencia cuando éramos alumnos de la hoy Universidad Complutense, él en la muy nueva Facultad de Ciencias Políticas y Económicas (creada en 1944), ubicada todavía en el viejo e histórico edificio de la calle San Bernardo, cuyo primer decano fue Fernando María Castiella.

Se nos ha ido un algecireño muy importante, sin el que no se entendería la historia del desarrollo de nuestra tierra. Es una pena, casi una desgracia, que haya tan poca gente, y tan pocas autoridades, que lo sepan.

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