Errores pandémicos

La vacuna para todos nos liberará por fin de padecer las meteduras de pata políticas en relación a esta crisis

Decae el estado de alarma, y por tanto, no cabe ya la restricción de derechos fundamentales como el de nuestra libre circulación. El Gobierno de la Nación se pone como objetivo prioritario el de la recuperación económica, cara al verano, al entender que el peligro sanitario disminuye por el mayor número de vacunados e inmunizados a día de hoy. La apuesta puede ser arriesgada, por factores que escapan de la cuestionada capacidad de previsión del Ministerio de Sanidad (recuerden la predicción de "1 o 2 casos a lo sumo", carne de innumerables memes..). No sabemos si se ha medido adecuadamente el potencial riesgo de las nuevas variantes o la mayor afección del virus a personas de menor edad en esta fase.

Se deja toda responsabilidad en manos de la Comunidad Autónoma, y la validación de los cierres y toques de queda cuando sean necesarios, del Poder Judicial; no se si hay más instituciones a las que poder desviar el marrón. Vamos, lo que viene siendo una bomba de humo en toda regla la que protagoniza el presidente Sánchez. Se pasa del mando central aderezado con la infumable letanía presidencial de los sábados, a la cogobernanza de la conferencia de presidentes y la interterritorial de sanidad, para terminar resultando que el gobierno central no pinta nada y que las autonomías se la entiendan con la última palabra de cada Tribunal Superior de Justicia, sin un criterio legal unificado y claro. ¿Qué será lo siguiente?.

No se duda que esta pandemia coge desprevenidos a todos y que es difícil enfrentarse a lo que no se conoce. Pero empieza uno a sospechar, por no decir confirmar, que las grandes decisiones y estrategias se han tomado por puro interés político más que por imperativo sanitario, y como muestra, este cambalache de atribución de competencias decisorias.

¿Pero este tacticismo político cuántas vidas ha costado y qué daño ha hecho a la economía? Un ejemplo cercano lo tenemos en la consideración de los grupos de riesgo. Miopía pura no haber visto desde primera hora que estibadores, salvamento marítimo y empresas portuarias, tienen contacto a diario con tripulaciones que vienen de allende los mares, sin que se sepa el nivel de protección que traen. Solo hay que ver que la variante india ha aparecido en diversos puertos nacionales para comprobarlo.

La vacuna para todos no solo significará el fin de la pandemia sanitaria, sino que nos liberará por fin de padecer las meteduras de pata políticas en relación a esta crisis. Nos podremos centrar de nuevo tras ello, en sufrir los errores de la política de siempre, por fin.

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