Discursos pagados

Si le pagan las facturas a los fontaneros o los carpinteros, también hay que apoquinar a los escritores

Algunas veces los políticos se pasan de frenada. ¡Quieto ahí! Y, como van de transparentes por la vida pública, buscando corruptos en los otros partidos y olvidándose de los suyos propios, a veces se fijan en detalles secundarios. Es lo que ha pasado en San Fernando con el discurso de la alcaldesa, Patricia Cavada, para el acto de hermanamiento entre el municipio isleño y Algeciras. El PP ha denunciado el "despilfarro", la "frivolidad" y el "disparate" del precio pagado por ese discurso. ¿Y cuánto arrearon en esas sufridas arcas municipales isleñas, donde antaño pasó lo que pasó? ¿Acaso fue una millonada? No, era una factura de 370 euros.

Si hubieran pagado 370.000 euros por ese discurso, yo entendería las quejas. Pero deben estar despistados en el PP isleño para protestar por eso. Con los problemas que hay en el mundo, e incluso en La Isla. Conste que entiendo que hagan oposición, por sistema. La cantidad abonada al director del Centro Andaluz de las Letras, Juan José Téllez, se puede considerar generosa, aunque no tanto como un "despilfarro". Téllez es algecireño, es biógrafo de Paco de Lucía y ha escrito sobre Camarón de la Isla. Por otra parte, el hermanamiento era con Algeciras. Se hermanaban dos municipios de esta provincia, uno gobernado por Patricia Cavada (PSOE) y otro por José Ignacio Landaluce (PP). No estaba de más esmerarse en el discurso, para no decir simples pamplinas de la abuela Josefina.

Rompo una lanza, o incluso dos, por los negros que escriben para alcaldes y alcaldesas. Un regidor municipal no tiene por qué saber escribir un discurso coherente. Todos no son Tierno Galván para los bandos. Si se estropea un cuarto de baño del Ayuntamiento, lo normal es que lo arregle un fontanero. Si debe pronunciar un discurso sobre algo que se le escapa, lo mejor es que se lo escriba un asesor, o se lo encarguen a alguien documentado en la materia.

En algunos casos, como el de Cádiz sin ir más lejos, se atribuye a un asesor, supongamos a José Vicente Barcia, la negritud de la escritura de los discursos del alcalde González. Yo nunca me he metido con Barcia, que cumple su trabajo. Yo sólo me meto con su patrocinado, que mete la pata política en ocasiones. Pero siempre con cariño.

Pues eso, que si le pagan las facturas a los fontaneros o los carpinteros, también hay que apoquinar a los escritores por los discursos y los pregones, a los pintores por los cuadros y los carteles, y a los artistas en general. Por ese discurso no se arruinará el Ayuntamiento de San Fernando.

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