Dando leña

01 de septiembre 2023 - 00:15

Amí me llega septiembre como un anhelo no realizado, con la esperanza de que llueva y el frío se quede un año, después de ver cambiar el verdor frondoso donde he vivido por una selenita grisalla de quinientas hectáreas.

Los incendios forestales se apagan en invierno, se dice con ingenio, pero hay otra manera. Verán, en mi tierra debe haber majaras pegando fuego a lo que tenga raíces y verdor con un récord lamentable de una decena de incidentes gravísimos sólo este año, porque en los anteriores ya hicieron barbaridades; dicen que lo están investigando. veo difícil que lo cojan y condenen y dudo que se repare o se haga justicia real. Quienes lo vivimos sabemos de las consecuencias ecológicas, estéticas, dolor y muerte de animales, los efectos demoledores en lo psicológico, pero se suele olvidar la devaluación económica que suponen los incendios, ¿quién compraría una hermosa casa de campo quemado?

Es muy difícil valorar el coste de un incendio forestal. Por eso creo que se deben tomar muy en serio, aunque la mayoritaria población urbanita los mire como un espectáculo de helicópteros, por cierto con empresas en solfa, ¿cómo pagar al personal que trabaja dentro?, es tan duro y peligroso lo que hacen que cualquier comparación salarial o laboral se me antoja una broma, ellos sí que merecerían beneficios palpables y no la pila de millones que aquéllos se llevan.

La pregunta es: si se investigan los causantes de los incendios o las causas naturales para persuadirlos o evitarlas, ¿cómo es que la Fiscalía no actúa de oficio investigando si la labor de la Administración del Estado ha contribuido a la generación, propagación o multiplicación de los desastres? Yo quiero Código Penal contra la piromanía directa pero también contra la indirecta, contra quienes teniendo la responsabilidad de cuidar el patrimonio ecológico común hacen dejación de sus funciones o no denuncian la falta de medios para que se cumplan porque les bailaría el puesto.

Desecar acuíferos estresa la vegetación, que arde; así me lo decían los del Infoca, mientras los políticos pelean en falso por ver de quién es el agua. En mi casa arde sobre ardido, en 2021 hubo otro incendio horroroso con hectáreas de pinares quemadas; una parte muy importante de esos pinos caídos por todas partes, después de dos años sin actuar la Administración, ha sido el combustible de este incendio provocado, contribuyendo a una catástrofe que sólo quien la conoce puede imaginar.

Yo no sé si no se gobierna porque no se puede o porque no se quiere, menos legislación huera y más responsabilidades devolvería cierta confianza en la democracia. La Administración debe ser verduga y condenada a la vez, es su sino y nuestra garantía; si existe responsabilidad en esos daños causados, que repare también y asuma sus actos con consecuencias personales para los cargos, quizá veríamos hacer... algo más.

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