Cuando uno ve que la FIFA toma decisiones disciplinarias ante el hecho macarra, propio de quien se supone impune, tras la Final del Mundial feminismo, después de haber pasado por alto durante cinco años los desmanes del presidente de la RFEF, designar a Qatar sede del Mundial 2022 haciendo la vista gorda del modelo gubernamental de aquel país y pasando por alto los miles de fallecidos en la construcción de los estadios… resulta altamente vergonzoso, no que inhabiliten – que se lo merece – a Rubiales sino que se extralimiten imponiendo una orden de alejamiento respecto a la jugadora afectada y su entorno. Esta es una decisión de contenido jurídico que corresponde en cualquier Estado de Derecho a la autoridad judicial y no a una Federación de ámbito deportivo, lo que lleva a pensar que Rubiales es uno más de los, supuestamente, “mismos perros con distintos collares”. Mientras, el Gobierno, conocedor de trayectorias, actuaciones y protecciones, va paso a paso y tomará una decisión basado en el historial del acusado antes que por lo último acontecido, aunque no lo parecerá, para contentar a los socios de Sumar, capaces de evaluar la “capacitación” de los técnicos futbolísticos. Es lo que hay. Al tiempo que todo este debate ocupa los espacios informativos, comprobamos el tono menor con el que se trata el atentado frustrado, en la ejemplar Cataluña, contra la Vuelta Ciclista a España y que podría haber costado lesiones graves – tal vez incluso la vida – entre los ciclistas y organizadores. Pero no basta eso. Al ser detenidos aunque liberados a las 24 horas, el indultado Junqueras acusa de falta de respeto a los derechos ciudadanos por parte de la Policía. Pues sí, estos son los socios del sanchismo, entre otros. Sin embargo, la intención de pacto por parte del PP es un paripé para salvar su “pellejo”, según la portavoz sanchista y ministra de Educación, que cuando habla, aparte de repetir memorizado el argumentario de cada día, lo hace en un tono y estilo impropios de su nombre: Alegría. Pero es lo que hay. Lo cierto es que se descalifica a todo el que no sigue los dictados y, desde luego, la propaganda, las exageraciones y las mentiras disfrazadas de eufemismos que nacen en la fontanería de la Moncloa, donde queda claro y manifiesto que no es España sino los afanes caudillistas del señor Sánchez lo que prima. Y para ello no hay legalidad vigente, se modifica ad hoc, barrera insalvable – ya ni sabemos la cantidad de expertos existentes – y si no es suficiente, ahí está el Condado de Pumpido. Porque no resultaría extraño que la amnesia por la vía del “alivio penal” versus amnistía –etimológicamente, mismo origen: olvido– aparezca incluso antes de que Feijóo pase el trámite de su investidura, más que posiblemente fallida. Y esto es lo que hay. Un Rubiales sobreprotegido, cuya presunción de inmunidad lo ha sentenciado aunque creo que “morirá matando”. El Gobierno, sin actualizar la Ley del Deporte y sin gracia alguna, porque no saben ser jocosos. Degradan a Feijóo con ese “dejadme gobernar un poquito” que dice alguno pero que calla cuando buscan desesperadamente el apoyo de un fugado para hacer un Gobierno completado con el 6% de los votos, en su mayoría independentistas. Con ello los españoles nunca alcanzamos la igualdad y seguiremos en la inestabilidad. Esto es lo que es hay para mantener el caudillaje, “arrodillándose” ante las minorías.

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