Aguacate is the new berry

Hay un movimiento empós de los beneficios que poco tiene que ver con la tradición agraria y la sostenibilidad

Cerca de treinta detenidos en la Axarquía malagueña, doscientos cincuenta pozos ilegales vinculados al cultivo de aguacate, qué sano y qué rico, lo digo de verdad, me encanta, dos mil litros de agua por kilo, trescientos cincuenta un kilo de fresas...

Fíjense que me ronda desde hace días una idea; si a los grandes inversores del campo, no siempre españoles por cierto, les negaran los berries: tienen un montón de fincas en el Norte de África, no les supondría más impacto que trasladar el esfuerzo para allá, donde ya han invertido y pueden mantener beneficios altos por costes y obligaciones menores; el agua que tanto preocupa a Juanma Moreno y su consejero agricultor en las fincas de Huelva, ¿es, pues, para frutos rojos?

Se desprestigia la imagen... los que tienen el control, abogados y todas las autorizaciones, están listos para un cambio; los débiles matarían por este agua y votan y defienden lo indefendible, es comprensible, les va la vida en ello, mantienen la tensión y la cábala política; pero ¿y si en realidad se está preparando una reconversión?

Muchas empresas de berries onubenses tienen el aguacate en sus catálogos, hace un año ya había mil quinientas hectáreas y dos mil quinientas toneladas, calculen litros de... la venta de plantones crece exponencialmente, se venden fincas... la cosa es que bajo el disfraz de agricultor hay un movimiento empós de los beneficios que poco tiene que ver con la tradición agraria, la ecología y la sostenibilidad, se trata de hacer dinero y nada más.

Así empezó la fresa, donde antes fue el eucalipto (quién se acuerda de sus destrozos). Algunos se forraron; ahora la gente avispada y formada está haciendo lo mismo con el aguacate, del que tantas bondades se cuentan, casualmente. Después se sumarán las empresas medianas y los últimos, cuando ya empiece la decadencia, los más destructivos, los que imitan los vicios de los ricos con vicios de pobres.

No creo en conspiraciones, sí en atractores generadores de alteraciones en los bucles inestables de hechos que componen la realidad. ¿Se imaginan que dentro de veinte años este artículo se reflotara en mitad de una polémica por el destrozo de los acuíferos no del sequero que fue Doñana sino de toda la provincia? Quién sabe si este nostradámico texto no se volverá a escribir, otra vez entonces, sobre él buriti, el akee, el jack o la mangostana? Salvemos Doñana, el mundo, la Humanidad.

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