Irreverencias Carbonell

No tardó Pablo Carbonell ni tres minutos en hacer que la gente riera con ganas anoche en Algeciras, donde presentó en la sala Premiere su espectáculo Canciones de cerca. Fue un show en el que se constató que el polifacético artista está en plena forma. Gracioso e irreverente, entregó sus coplillas, en las que las sevillanas hablan del puente de Brooklyn y hay conatos cachondos de versionar el Sólo pienso en ti.

Carbonell conectó con el público, unas 60 personas, desde el primer momento. Salió al pequeño escenario disfrazado de operario de limpieza, junto al bajista que le acompañaría toda la velada, Eloy Sánchez-Gijón. Contó chistes, racionó monólogos y cantó, temas con letras tan ingeniosas como los prólogos que los anticipaban. Fue muy divertido.

Lo mejor, el arte y la naturalidad con la que se mueve el artista, que parece un espectador que se ha ofrecido voluntario para sacar de manera improvisada carcajadas al personal.

Nada de eso, es un enorme profesional del humor, al que se le nota que le encanta lo que hace y que tiene la libertad en funciones como la de anoche para escupir al micro. Sus canciones fueron de nueva creación, la mayoría, y también picó en sus dos discos en solitario y en su gloriosa época de Los toreros muertos. Este muerto está muy vivo.