El tiempo
El Campo de Gibraltar no guarda el paraguas todavía

"Hacemos humor puro y duro, no buscamos la interpretación sino la risa"

Javier Cansado. humorista

Faemino y Cansado presentan mañana en el Teatro Villamarta de Jerez su espectáculo '¡Quien tuvo retuvo!'

"Hoy día no hay en el mundo un nivel de humor como el de los cómicos españoles"

Los humoristas Carlos Faemino (izquierda) y Javier Cansado.
M. Valero

Jerez, 04 de octubre 2018 - 01:43

Hace justo diez años que Carlos Faemino y Javier Cansado pisaron por última vez las tablas del Villamarta con 'Son dos'. Así que los seguidores de esta pareja de humoristas cuentan las horas para sentarse en su butaca mañana, a las 20.30 horas, para disfrutar de su espectáculo ¡Quien tuvo retuvo!. En esta previa, Javier Cansado recuerda que en Jerez "hemos tenido exitazos bastante chulos y nos lo pasamos muy bien".

-Llevan más de treinta años de carrera. ¿Cómo recuerda la primera vez frente al público?

-Nosotros llevamos 30 en escenario pero llevamos... ¡Madre mía! 37 años ya. Empezamos a hacer teatro en la calle, pasando la gorra. Cuando subimos a un escenario, que por cierto era un escenario de un bar, ya teníamos mucha experiencia. Pero recuerdo la primera vez que actuamos de verdad porque hacíamos performance y cosas muy raras, y fue en el parque de El Retiro, un domingo por la mañana y estábamos absolutamente asustados. Fíjate que no había ninguna responsabilidad, que estábamos en la calle, no había ningún convenio ni contrato, pero lo recuerdo con pavor. Era una sensación de pavor que algo siempre conservas.

-¿Sigue teniendo el gusanillo antes de salir a escena?

-Sí. Es verdad que cada vez menos, y ojalá se nos quite porque es un momento desagradable que no aporta nada. Ya no es miedo, es responsabilidad, hay unas expectativas que cumplir, eres una persona sensata y sabes que aquello tiene un nivel de exposición que te puede acarrear algún tipo de problema. Pero sí, es verdad que siempre se encara con nervios.

-¿Cómo ha cambiado el humor? ¿Y el público?

-Nuestro humor no ha cambiado nada. Presumimos que un espectáculo nuestro de hace 30 años hoy también sería válido, trasciende en el sentido temporal. Pero sí ha cambiado el humor de forma radical. El humor en España en los últimos 15 años es un humor estratosférico. Yo soy un poco entomólogo del humor, y quitando al mundo anglosajón que nos lleva un poco de ventaja, no hay en el mundo un nivel de humor como el de los cómicos de España ahora mismo. La generación que nos ha seguido es maravillosa. Y el público ha mejorado muchísimo también. Antes no admitía mucho la provocación, era un poco más timorato. Ahora se dicen verdaderas barbaridades en el escenario, la gente lo asume, no hay escándalo.

-Sin embargo, el humorista Rober Bodegas tuvo que retirar un vídeo tras recibir hasta amenazas de muerte. ¿El humor tiene límites?

-Yo personalmente creo que no debería tener límites porque es como cualquier otra expresión. Pero tenemos el Código Penal y para mí está ahí el límite. Y luego está por supuesto tu integridad física... Si haces humor, por ejemplo, del Islam pues vas a tener problemas... De todas maneras si vas a hacer un chiste que va a ofender a mucha gente pues por lo menos que el chiste sea buenísimo, que sea magnífico. Porque si encima que ofendes, es además una mierda de chiste pues tío, cállatelo. Los límites del humor están en el Código Penal y en tu carrera. Si quieres enfrentarte a colectivos y no te importa... Es un tema muy peliagudo.

-Son fieles al 'absurdo', ¿ha sido difícil mantener esa línea?

-Al principio fue difícil, porque entre una cosa y otra, el humor de hace 40 años tenía dos grandes líneas: la imitación y los chistes. Nuestra generación empezó con cosas diferentes, un poco absurdas, aportamos realidad. Esa línea al principio fue difícil, nos costó muchos años hasta tener una cuota de éxito, pero una vez que llegamos, la verdad es que ha sido fantástico. No ha marchitado nunca y a pesar de que hoy día hay más de una docena de cómicos que son magníficos, ahí estamos compitiendo después de 30 años.

- ¿Cuál es la clave para que este matrimonio artístico siga haciendo reír 37 años después?

-Ya no tenemos sexo entre nosotros... -risas-. Cuando empezamos, el formato pareja era muy habitual y de aquella época sólo quedan 'Los Morancos', que son hermanos, y nosotros, que somos amigos del barrio. Yo conocí a Carlos cuando yo tenía 15 años y él 13. Todo se basa en esa amistad original que nos unió.

-En alguna ocasión ha declarado que en sus inicios apenas había humor en el teatro. Hoy se graban incluso programas sobre los escenarios.

-Me enorgullece. En general no entraba el humor en teatro en los años 80... Nosotros empezamos hacer una gira habitual de cómicos por sala de fiestas y dijimos que era una bazofia. Estuvimos casi un año sin actuar porque nos negábamos a las salas de fiestas. Insistimos y al final empezamos en un teatro en Zaragoza, pasamos a Pamplona... y ya los programadores vieron que éramos rentables y seguimos. El humor siempre es deseado, pero en tiempos duros, es más deseado.

-¿Qué es lo más absurdo que ha pasado en su carrera?

-Desde el borracho que se sube desnudo al escenario, al que se pone a tocar el piano, o actuar en un bar para una sola pareja que estuvo besándose durante todo el rato. Pasa de todo. Una vez nos contrataron para actuar en Canal Nou (Valencia), fuimos al aeropuerto y había una chica totalmente avergonzada, una azafata del programa que tenía un cartel que ponía 'Chuminos Cansados'. Cuando llegamos a la televisión estaban muy decepcionados porque nos habían contratado porque creían que nos llamábamos 'Chuminos Cansados'. Actuamos, gustamos pero nos contrataron por 'Chuminos Cansados'. Muy absurdo todo.

-¿Humorista o cómico?

-Somos humoristas, hacemos humor puro y duro. No buscamos la interpretación del personaje sino la risa, el cachondeo. El humor no es algo que dé prestigio, el aspecto intelectual prácticamente se borra. Se niega la parte creativa, de estar, como en nuestro caso, hasta seis meses escribiendo. Aunque afortunadamente va cambiando esa percepción.

-Todopoderosos, Aquí hay dragones, teatro... Veo que primero no para y que además, el humor está de moda

- Soy hiperactivo -risas-. Me proponen proyectos muy interesantes y además con amigos y no puedo decir que no. Tengo edad para empezar a pensar en la retirada, mi mujer me anima, pero me salen trabajos que son tan bonitos, que no puedo decir que no. Si admitimos que yo trabajo, sí, a veces trabajo todos los días del mes.

- ¡Quien tuvo retuvo!¿Qué verá el público mañana en el Villamarta?

- Es difícil explicar de qué va. Es un espectáculo muy sujeto a la improvisación y va creciendo con ella. No salimos a improvisar, sino que salimos como con el jazz. Tenemos una armonía, un tono, una melodía sobre la que improvisas. La gente que nos sigue y a la que gustamos, por favor, que venga porque se lo va a pasar muy bien.

No hay comentarios

Ver los Comentarios

También te puede interesar

Lo último