La pieza del mes del Museo de Algeciras

Estela funeraria andalusí: un icono algecireño

Estela funeraria andalusí.

Estela funeraria andalusí.

Estas pequeñas lápidas de cerámica servían para indicar las sepulturas y se colocaban habitualmente en la cabecera y en los pies. La mayoría de los investigadores piensan que representan una figura humana simplificada. Algunos van más allá planteando que pudiera tratarse de los, al menos dos, testigos que en la escatología musulmana tienen que dar fe de la defunción.

Se componen de un disco y una peana que normalmente no se decora porque es la parte que se hinca en la tierra. Las andalusíes se distinguen de las cristianas y de la mayoría de las norteafricanas por llevar dos apéndices que, en nuestro caso, se disponen a los lados de la pieza, pero que en los ejemplares de Málaga se hallan sobre el disco a modo de orejas.

El ritual islámico tradicional vela por que los enterramientos sean muy sencillos y por que el individuo permanezca en el anonimato, un precepto a veces incumplido por la élite. Las estelas algecireñas se mantuvieron dentro de la norma al estar decoradas, como ésta, con inscripciones muy cortas que hacían alusión a “la gloria” eterna o, en este caso, al “poder” de Dios. Este hecho las diferenció de las malagueñas, en las que era posible encontrar referencias a la identidad del difunto y a la fecha del óbito.

"Este ejemplar fue identificado en un sondeo arqueológico que dirigí en el cementerio situado bajo el edificio del centro documental José Luis Cano"

Este tipo de marcador es característico del occidente del reino nazarí en el período que media entre la segunda mitad del siglo XIII y principios del siglo XV, habiéndose constatado también algunas piezas en comunidades islámicas que vivieron en territorio cristiano.

Las últimas investigaciones apuntan a que se produjeron solo en tres talleres, con sus propias peculiaridades, instalados en las medinas de Algeciras, Málaga y Ronda. Éstos las comercializaron a otras ciudades, castillos y enclaves rurales de su entorno. Hemos descubierto estelas idénticas a las algecireñas en Jerez, Jimena y Castellar de la Frontera, que fueron fabricadas en los alfares de la medina islámica de Algeciras. Actualmente, nuestra ciudad cuenta con la mayor colección de lápidas discoidales de al-Andalus, que está integrada por varios centenares de piezas.

El origen

Su origen es aún incierto y se duda de si surgieron en el propio territorio andaluz o si son una influencia de los vecinos norteafricanos, meriníes del actual Marruecos o hafsíes de Túnez, o de los reinos cristianos del norte peninsular, ya que en estos territorios se dieron estelas con forma de disco.

Este ejemplar fue identificado en un sondeo arqueológico que dirigí en el cementerio situado bajo el edificio del centro documental José Luis Cano. Hasta hace muy poco se pensaba erróneamente que ésta era la necrópolis de la ciudad meriní y por ello algunos investigadores asocian las estelas a esta dinastía.

Se expone en la sala dedicada al medievo del Museo Municipal y está publicada en una síntesis sobre este tipo de marcadores en las actas del VII congreso de Arqueología Medieval Peninsular. Es de pequeñas dimensiones: 23,7 centímetros de alto y 2 de grosor; y consta en el inventario con el número 3961. Los museos de Ronda y Málaga exponen también ejemplares localizados en estas ciudades.

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