La Canalla y su conquista de Nueva York
La banda liderada por Antonio Romera desembarca en la mítica sala Drom con su último disco
En una de las salas con más duende de Nueva York desembarcaron los más canallas de Algeciras bajo el timón de Antonio Romera, Chipi. Una conquista de la ciudad de los rascacielos que pocos de sus paisanos pueden contar. El encanto más especial, de Algeciras a Nueva York, lo elevaron al escenario de la sala Drom, unas tablas curtidas en la música de solera. Era la madrugada del domingo al lunes cuando empezaba a sonar al otro lado del Atlántico La Canalla, pudiendo seguirse en directo el concierto a través de internet.
Sobre el escenario, sin hacer esperar mucho a un público muy español y andaluz, se posicionaron los músicos arrancando Javier Galiana al piano. Fue acto seguido cuando apareció Romera, con chaqueta tapando su camisa floreada. Sobre el taburete y ramo de páginas empezó a desgarrar con frases al público expectante: "tú, siempre arriba manipulando a tu antojo, desciende de tu falso paraiso, mézclate con la plebe". Las palmas a compás acompañaron ese derroche de versos bien hilados que acabaron con una súplica con arte: "¿te quiere bajar ya de ahí?", apuntaba mirando al techo, o al cielo si no hubiera obstáculo.
Con el blues como carta de presentación brindaron al público el tema Canasto y algodón. Un "olé" se escapó entre la gente y en el punto y final de la canción se presentó con un buenas noches, añadiendo lo que era de cajón: "estamos muy contentos de estar aquí". De ahí atrapó con ingenio entre chistes que hacían reir a su público la forma de calzar la siguente canción, La princesa de Bamako.
Los asistentes intercalaban aplausos con gestos de arropo muy de Andalucía. Con Jauja y Morriña se los llevaron al bolsillo, la prinera por esa improvisación dejando José Benítez a un lado la batería para hacer percusión tocando las palmas, o en la segunda con aires gallegos sumando sus voces al unísono.
Con Mia Ragazza y Malandro Limón se pudieron escuchar algunos de los temas que más hacen reconocible el sonido canalla. "Esa Canalla", se aclamó entre el público.
Bajaron del escenario y se acercaron a la gente para entonar La niña del fuego, que en la original acompaña Javier Ruibal. La recta final la encararon con más guasa que talento, Romera dijo "muchas gracias por habernos acompañado esta noche. Vamos a hacer una canción para despedirnos que lleva un poquito de inglés, la hicimos porque como no lo hablamos mucho, para ver si ligábamos aunque sea con esta canción, pero tengo que decir que no está dando muchos resultados". Y claro, de ahí empezó a sonar Tes quiero may lof. El punto y final del concierto fue con Candela.
No hay comentarios