El Barrio, volver y vencer otra vez

José Luis Figuereo 'El Barrio' no suele faltar ante sus incondicionales del Campo de Gibraltar en sus giras y ayer se llevó de Algeciras otro motivo para apuntarse un nuevo regreso. No defraudó el gaditano a los muchos seguidores que se reunieron en la plaza de toros algecireña para escuchar en directo las coplas de Hijo del Levante y sus canciones de siempre. En torno a unas 7.000 personas arroparon al Selu.

A las diez de la noche clavadas un solo de batería y la desaparición de las luces llamó a la gente a ocupar sus asientos en los tendidos o su espacio en el ruedo. Y sonó, cómo no, y ante los gritos del público, He vuelto, una perfecta carta de presentación que El Barrio ha incluido en el nuevo disco que lleva bajo el brazo. "Que empiece la función".

Con su inseparable sombrero -como muchísimos de los presentes- y traje negro el gaditano empezó a mover a todos. Una estrofa le duró la chaqueta, los botones del chaleco y varios de los de la camisa. Miraba a las gradas con el fenomenal aspecto que presentaban.

El Barrio le dio las buenas noches "a todo el Campo de Gibraltar y a Algeciras", en esta tierra, como Cádiz, que también conoce el Levante, apuntó. "La tierra del más grande, Paco de Lucía", dijo con la gente entregada.

Con una pantalla al fondo, en la que lo mismo salían las letras de las canciones, que dibujos o la propia señal del concierto; con otras dos enormes a los lados para poder verlo de cerca; y apoyado en las otras cinco voces que le acompañaban y sus músicos, Figuereo comenzó a desgranar su repertorio, con temas de Hijo del Levante, faltaría más, pero también con bastantes de discos anteriores.

El avión comenzó a despegar con El viejo verano y con Adiós amor. "¿Cómo estamos?", preguntó sabiendo de antemano la respuesta que recibiría. El "ese Barrio, ese Barrio" le gritó el público todo el concierto.

Después de Porque sin ti el artista anunció que venía una de 2002 y unas bulerías. La de 2002 era Ángel malherido y después el gaditano estuvo un rato cantando por las prometidas bulerías, como Toreando al destino. A la gente le encantó y no paró de dedicarle oles.

Los músicos volvieron para seguir hincándole el diento a Hijo del Levante con De lobo a cordero, en un no parar hasta el celebrado final con los clásicos del Barrio y las canciones que pelean por serlo algún día.