'Amama' y 'Eva no duerme', dos historias de mujeres en San Sebastián
Dos películas que tratan sobre dos mujeres de diferente edad y condición pero con una potencia excepcional en común, la vasca Amama, de Asier Altuna, y la argentina Eva no duerme, de Pablo Agüero, compitieron ayer en la Sección Oficial del Festival de San Sebastián.
Amama (abuela, en euskera), esta Balada de Narayama a lo vasco, como la define su director en una entrevista con Efe, es una película llena de silencios y poesía. "No tenemos que tener complejos por hacer películas vascas", dijo Altuna, consciente de estar recogiendo el importante testigo que dejó el año pasado Loreak, de Jon Garaño y Josemari Goenaga, primera cinta totalmente en euskera que competía en el certamen.
La película se nutre de las experiencias del director en el caserío familiar y de los poemas de Kirmen Uribe; voces que explican más cuanto más callan, apunta el director, cómodo en su "narrativa silenciosa": "Cuatro miradas y una historia bonita te pueden llevar muy lejos", afirma.
Amama significa abuela, pero también es la sabiduría de los antepasados y la memoria de una familia, resume el director. Precisamente, recuperar la memoria y la dignidad de un cuerpo embalsamado, pero insepulto durante 25 años, es la esencia de Eva no duerme, tercer largometraje del argentino Pablo Agüero.
Un cadáver "escondido, vejado y violado" por el poder, que la temía más muerta que viva, en palabras del "embalsamador" Imanol Arias, un prodigio de contención en esta película."La cinta habla de la imposibilidad de morir, pero todo parte de la perfección en su trabajo de este español al que interpreto", apunta Arias, quien cuenta que, con el cadáver de Eva, el doctor Pedro Ara terminó de perfeccionar su técnica, aprendida en Alemania: "No tiene un rasguño, sus órganos están intactos. Hasta le cambió el gesto para darle una paz que el cadáver no tenía".
No hay comentarios