Mientras la vía judicial ha dejado liquidadas las aspiraciones que aún mantenían los ex trabajadores de Delphi por encontrar una salida a su situación, la situación de los antiguos terrenos sigue absolutamente igual que hace meses, es decir, parada. Aún peor, a la posibilidad de que las instalaciones puedan ser derribadas se une un hecho incontestable que juega en contra de un posible futuro empresarial en la antigua fábrica: nadie en todo el mundo se ha interesado por ella.

Según ha podido saber este periódico, desde la Administración concursal que gestiona el asunto Delphi se lanzó hace unos meses una campaña internacional mediante la que se intentó lograr el interés de empresarios interesados en comprar el terreno o al menos de instalarse en él. El resultado fue desalentador: nadie.

Por lo demás, la opción del derribo de las instalaciones sigue como estaba hace meses. La Audiencia Provincial aún no se ha pronunciado acerca del recurso que interpuso el Ayuntamiento de Puerto Real, cuando era gobernado por Maribel Peinado, en contra de que se demoliesen las naves de la factoría. Mientras eso no ocurra, el Juzgado de lo Mercantil no podrá pronunciarse y, en consecuencia, la Administración concursal no podrá actuar.

Hay que recordar que hubo varias empresas interesadas en la demolición que, incluso, estuvieron visitando la planta para presentar sus proyectos de derribo. Otra cuestión sería que, de haber algún interesado en comprar el terreno, ese posible inversor mostrase interés en ejecutarlo por sus propios medios. Pero eso, de momento, es mera teoría.

Entretanto, la única actividad que existe en el suelo que albergaba la antigua Delphi es la de la empresa Redelsur, que recientemente vio como se precintaban las tuberías de los tanques de depuración por orden judicial, después de que la Guardia Civil precintase las instalaciones al detectar vertidos de hidrocarburos en la red de saneamiento municipal de Puerto Real.